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- Creo que vomitaré toda la noche- Namjoon sobaba su estómago en pequeños círculos causando la risa de todos.

Acabábamos de llegar a casa después de la cena na patrocinada por el prometido de mi hermana.

- Es porque casi te comes hasta el hueso del pollo Namjoon - Saeroyi, quien durante toda la noche estuvo regañándolo por su manera de comer.

- La situación lo ameritaba, amor - dijo, desabrochando el botón de su pantalón.  - Hoy fue la noche de mi pequeña pulga.

Todos los brindis y platos de pollo, cada uno de ellos fueron pedidos en mi honor... O esa fue la mera excusa para poder comer y tomar en cantidades industriales. ¿Lo había disfrutado? Claro que si. Hacía tiempo que no veía a mi hermana disfrutar de una noche dejando todos los pendientes y problemas de trabajo de lado, incluso Namjoon no paró de reír.

- Sanha, una disculpa por el comportamiento de Namjoon - el entrecejo del nombrado se frunció ante las palabras de Saeroyi. - Él no es así.

- Claro que no - contestó él. - Soy peor.

Mi amigo soltó una risa.

Claro que el también se vió beneficiándose la gloriosa y lujosa cena de pollo frito.

- Noona, los conozco como si fueran mi propia familia. He visto a Namjoon hyung en peores condiciones.

- ¿No recuerdas que el mismo fue quien nos llevó al baile de graduación? - pregunté, notando como los ojos de Nam se abrieron a instante. - Ese día Namjoon fue el rey de la pista.

- ¿A qué te refieres, Jabami? - olvidé comentar que mi hermana no sabía nada sobre esa divertida anécdota.

Sanha y yo reímos al notar la mirada seeia de mi hermana sobre su prometido. Cuestionando qué fue lo que pasó esa noche y demás cosas.

- Pulga ¿no tienen que ir a tu cuarto a que tengas tu terapia?

Más que sugerencia, sonaba más como indicación. Lo habíamos metido en un pequeño lío del que no saldría libre sin antes confesar que ese día terminó bailando con la directora de la universidad en el centro de la pista de baile.

Sanha tomó los extremos de la silla, tirándo de ella hasta sacarnos de ahi y adentrarnos a mi habitación.

- ¿Estás lista? - preguntó Sanha.

- Lista - estiré mis brazos, dejando que mi amigo me tomara de la parte baja de mis brazos alzándose con cuidado para después depositarme sobre mi cama.

- Creo que Namjoon hyung no es el único que ganó unos cuantos kilos después de la cena - su pequeña risa logró contagiarme.

- ¡Yah! - golpee ligeramente su brazo. - ¿Qué te pasa? Solo comí un poco.

- Sabes que bromeo.

- Lo sé, es solo que tenía que hacerme la ofendida.

Las manos de Sanha daban ligeros apretones en mis piernas, apretones que no lograba sentir. La sensibilidad de mi cintura hacia abajo era nula, y aunque Sanha decía que lograría recuperar la sensibilidad, parecía que ese día tardaría en llegar.

- Y bien, ¿cómo te fue con tu enamorado?

Solte un suspiro.

- Por ese pesado suspiro supongo que no muy bien.

- No estas tan mal.

- ¿Qué sucedió?

Ante eso, las imágenes de ese momento llegaron de golpe a mi cabeza. Jungkook con aquellas marcas en el cuello y camisa algo desordenada.

R E M É N Y ; Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora