La puerta se abrió dejando ver a aquella persona misteriosa.
Un chico alto y de cabello oscuro miró a cada uno de los presentes, su figura esbelta y bien formada me dejaba en claro que mínimo hacía ejercicio la mayor parte de la semana.
— Jungkook, qué bueno que ya estás aquí.
Ni siquiera la voz de Saeroyi me sacó de mi pequeña ensoñación. Mis ojos delinearon toda la extensión de su cuerpo, no parecía ser uno de esos hombres a los cuales les agrada vestir de manera totalmente formal. La parte superior de su pecho estaba cubierta por una camisa negra de cuello alto, un saco abierto y unos pantalones que se ajustaban perfectamente a sus largas piernas.
— Señorita Hwa, es un gusto verla de nuevo — Dios mio, su voz.
Una mezcla perfecta entre lo masculino y el misterio. Por qué si, este chico además de ser atractivo, cargaba una gran cortina de misterio.
— Creo que no te había presentado a mi prometido — Sae jaló a Nam, juntando lo un tanto brusco a su lado. — El es Namjoon.
Los dos machos estrecharon sus manos, no retirando la mirada del otro.
— Un gusto.
— Lo mismo digo — contestó de la misma manera el peli negro.
— ¿No se conocían? — pregunté de la nada, ganándole la atención de las otras tres personas.
Saeroyi abrió la boca repetidas veces pero nada salía de esta.
— Lo que pasa es que yo estoy en el área de finanzas, pulga — dijo Namjoon. — El señor Jeon está encargado del diseño de cada edición, ¿cierto, Jungkook?
— Ah, si, si — contestó rápidamente. — Usted debe ser Jabami, la hermana menor de la señorita Saeroyi.
Vaya, esa perforación en su ceja era demasiado... Bonita.
— Así es — asentí, estirando mi mano en su dirección. — Hwa Jabami.
— Jeon Jungkook — estrechó mi mano, la cual es hermosamente grande. — No me hables de usted, siéntete en confianza. Todos me dicen Jabami.
El chico, Jungkook, sonrió. Hasta su sonrisa era bonita.
Todo en él es bonito.
— Ahora que ya se conocen espero que la comunicación y el trabajo entre ustedes dos sea de lo mejor — hablo Saeroyi. — Confío en ustedes dos.
— No tienes de qué preocuparte, presiento que Jungkook y yo haremos buena mancuerna — sonreí.
— Dalo por hecho — se veía que Jungkook era una persona de pocas palabras, pero todas las que salían de su boca, desbordaban honestidad.
— Ya lo creo — Sae suspiró. – Jungkook, ¿podrías acompañarme? Tengo los borradores par ala siguiente edición.
— Claro. Jabami.. — lo miré. — Vuelvo en un segundo.
Asentí.
— Joon, mientras ayuda a Jabami a acomodarse en su espacio.
— Yo me encargo de esta pulga, no te preocupes — mi hermoso Nam. ¿Qué sería de mi sin ti?
— Ya volvemos — aviso mi hermana antes de salir por completo de mi oficina.
Era tan extraño decirlo, mi oficina. Puedo acostumbrarme.
— Limpiate la baba.
— ¿Perdón?
— Oh vamos Jabami, ¿me dirás que no mojaste tus bragas por Jungkook? — esa mirada socarrona de Namjoon, su mente estaba confabulando cosas extrañas.
Namjoon no era una palomita inocente que digamos.
— ¿De qué hablas? Estás alucinando.
Miré las carpetas que estaban sobre el escritorio, eran lindas.
— No me digas que no se te hizo guapo — miré al mayor, quien ya había tomado asiento frente a mi. — Es toda tu línea.
— A ver, señor Kim, dígame ¿porque es toda mi línea?
— Es alto — tiene un punto. — Cabello oscuro, cara de maliante y manos grandes.
— ¿Cara de maliante? A caso, ¿sabe algo de lo que tenga que preocuparme?
Joon negó.
— A decir verdad no sé mucho sobre él.
— Si Saeroyi confía en él supongo que es alguien de fiar.
Mi hermana desconfiaba hasta de su misma sombra. Cuando de recién conoció a Namjoon, duró meses en confmfiar po completo en él. Incluso llegó a pensar que era algún infiltrado de empresas extranjeras o algo así escuché decirle.
— Ya puedo escuchar las campanas de boda — Namjoon, Namjoon, Namjoon. — Hwa Jabami y Jeon Jungkook, los nombres combinan muy bien.
— Aún me pregunto que fue lo que Saeroyi vió en ti.
— Además de mi inteligencia, altura y algo más que no puedo decirte.. -
— ¡Eres un asqueroso, Kim Namjoon!
Malditas imágenes mentales.
Namjoon comenzó a reír a carcajada abierta.
— Bueno, bueno, estábamos hablando de ti y tú novio — apenas conocí a aquel chico y el idiota de Namjoon ya creo toda una historia de amor en su cabeza. — Solo ten límites, conócelo primero antes de confiar plenamente en él y su llega a hacerte algo... Dile a Saeroyi.
— Pensé que tú me defenderías — dije divertida. — No te preocupes, no cometeré el mismo error.
Adjunto foto de nuestro Jeikehey a como lo imaginé para esta parte:2/6
-x.
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R E M É N Y ; Jeon Jungkook.
FanfictionLa vida no se define por la velocidad en la que la vives, así como el amor no se mide sólo en la belleza física. Hwa Jabami no era una chica como todas las demás, su belleza se distinguía por sus rasgos tan diferentes y llamativos que cautivaban a m...