Capítulo 5

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La rutina volvió hacer la misma, Gaara de cierta forma era amable con Lee, quien con el pasar de los días comprendió que sólo así podía obtener la oportunidad de escapar que tanto ansiaba. Así que aún se mostraba un poco reacio a Gaara, solo correspondía en ocasiones y podía ver como los ojos de Gaara obtenían aquel brillo especial que tanto odiaba.

Después de todo Gaara seguía siendo un asesino y un violador. Las visitas de los "turistas" volvió a ser frecuente en las celdas.

— Puedes no hacerme quedar cuando... ya sabes... los asesines... por favor — le pidió tomándolo de la mano.

Gaara accedió.

Así que a partir de ese entonces Gaara lo devolvía a su habitación cuando estaba a punto de asesinar a los nuevos turistas. Rock Lee escuchaba a lo lejos los últimos lamentos y los gritos desesperados de las víctimas y trataba inútilmente de cubrirse los oídos para no escucharlos.

Se quedaba inmóvil sentado en el suelo, apoyado sobre la pared, carente de sentido, entrado en un estado de Shock. Luego de unos minutos los lamentos y agonías sesaban y escuchaba la puerta abrirse, era Gaara, era el único capaz de hacerlo. El pelirrojo se sentaba a su lado, tomaba su mano con la suya y apoyaba su cabeza sobre su hombro.

Unos segundos después, intentaba besar a Lee, quien en modo automático giraba el rostro en sentido contrario para evitar que eso sucediera.

— Solo una vez — la voz de Gaara parecía un ruego. Rock Lee sentía miedo, odio, y un poco de repulsión al saber que Gaara acaba no hace mucho de matar a alguien. El pelirrojo volvía a intentarlo, pero Lee despertaba de su estado de Shock y colocaba ambas manos sobre Gaara, una sobre su rostro y otra contra su pecho para alejarlo.

— ¡No quiero! ¡Dejame!

Gaara forcejeaba con él, lo tomaba con fuerza de la muñecas y colocaba su cuerpo con fuerza sobre él haciéndole caer por completo al piso, ahí Rock Lee pataleaba y trataba liberarse de las garras del pelirrojo.

— Gaara ¡No quiero hacerlo!

El pelirrojo no le respondía, solo seguía forcejeando con él.

— Ya basta — decía Lee empezando a llorar y era ahí donde Gaara parecía darse por vencido.
Se alejaba de Lee y podía apreciar como los ojitos de Lee lo miraban llenos de lágrimas, completamente asustado.

— Quiero hacerlo, pero no puedo si estas llorando

Rock Lee negaba con la cabeza. No quería hacerlo, no podía aceptarlo, lo hacía sentir mal, quería huir. Gaara se levantaba y salia de la habitación dejándolo llorar tendido sobre el suelo.

Pasado mucho rato, Lee veía la puerta abrirse nuevamente. Era Gaara y sostenía sobre una de sus manos una taza, entendía perfectamente de que se trataba.
Rock Lee prefirió tomarlo.

[...]

Cuando despertaba sentía el dolor sobre todo su cuerpo. Estaba desnudo, consciente de lo que había sucedido y se sentía miserable.

Ya no quería estar ahí siendo utilizado como un juguete sexual, sintiéndose extraño cada vez que despertaba luego de aquel té, porque el transcurso en el que "dormía" Gaara disponía de su cuerpo a su antojo. Se sentía mancillado, humillado completamente y odia que luego de ello Gaara tratara de compensar sus "malas acciones" con él, como si estuvieran juntos en una relación tóxica que no los llevaría a nada bueno.

Rock Lee nisiquiera quería mirarlo a los ojos después de saber que aquello había sucedido entre ellos dos. A él nisiquiera le gustaban los hombres, siempre se sintió atraído por las mujeres, recordaba que cuando iba a la academia habia una niña que solo podía verla de Lejos. Pero aún así fantaseaba con algún día poder conocerla de cerca.

Rock Lee era consciente que no era atractivo como los otros chicos, pero eso no lo hacía sentir mal, pues su padre le había enseñado que eso eran sólo cosas superficiales y que lo más importante era el corazón de las personas.

Al Final de TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora