A Inui nunca le interesaron las mentiras de Koko mientras fueran bonitas.
Reconoce que su relación no es de las mejores, teniendo en cuenta cómo fue que terminaron juntos.
Tampoco es como que Koko e Inui se esforzarán por esconder lo mala que es su unión. Poco importaba que los catalogaran como tóxicos hasta cierto punto enfermos.
Nadie podía procesar lo que sucedía entre ellos dos, menos aconsejar porque eran simples espectadores. Sabían que si lo hacían, Inui evitaría el tema con una sonrisa falsa en sus bonitos y rosados labios para hacerles entender que todo está "bien", aunque no lo estuviera y sintiera que está por derrumbarse.
Todo eso gracias a la primera y última aparición de Sanzu meses atrás.
—¿Cómo puedes ignorar que Koko está contigo porque le recuerdas a tu hermana?
—Te acostumbras después de un rato. —respondió simple.
Los ojos enfurecidos de Sanzu cortaron su aliento y se estremeció ante la mirada tan dura que lo juzgaba.
—¿Tan poco te quieres para aceptar eso?
—No lo digas.
—Esperaba más de ti, Inui.
—Por favor, sanzu. —Pide con voz entrecortada.
No quiero. No podré soportarlo. No..
—Grábate bien en la cabeza que tú no eres ella, Inui. Ese nunca será tu lugar.
Rompió en llanto.
—Eres realmente patético fingiendo algo que no eres, solo porque quieres lo que no es para ti.
Finge que no le duele cuando Koko despierta exaltado en la noche. No pide explicaciones, sabe que aquella horrible noche lo atormenta una y otra vez en sus sueños.
Lo abraza fuertemente contra su pecho, acariciando sus largos cabellos negros hasta que siente su respiración regularse.
—Te amo, Koko.
Lo dice en tono bajo, siendo casi inaudible para el otro que duerme profundamente en su pecho.
—Yo también te amo, Inui.
Imagina que responde por fin una vez a todas las veces que él lo murmuro en la noche.Otras veces es Koko quien lo abraza, besando y rozando su nariz contra la curva de su cuello para inhalar su aroma. Silenciosamente piensa que lo adora y trae buenos recuerdos.
Porque no todo era malo en su relación. Habían cosas buenas, más malas que buenas, pero se aprecian y atesoran.
En ese momento, que podría considerarse como bueno, Inui recuerda las palabras de Sanzu mientras Koko lo besa.
Ellos están en una situación íntima. Inui se encuentra encima de su novio, moviendo sus caderas contra él y bebiendo todos sus gruñidos.
Sabe que no debe estar pensando en eso, pero es inevitable cuando Koko lo besa con tanta desesperación y pasión, pero sin perder su toque delicado.
Koko no siempre es así. Le gusta ser rudo, pero hay veces en las que no pierde el toque delicado.
"¿La ves a ella mientras haces todo esto?"
— No hace falta que te dañes así, Inui.
La voz de Sanzu está en su cabeza. Como recuerdo de aquella última plática, antes de que se separan y perdiera contacto con él.
No sabe en qué momento todo eso le afecto tanto hasta que Koko se separa de su cuello con la respiración agitada, todavía lleva puesta su camisa negra con unos cuantos botones abiertos y su cabello despeinado.
—¿Sucede algo, Inupi?
"Dime que me amas, por favor" quiere responder.
Koko pasa su mirada oscura por un milisegundo en su acompañante, perdiéndose nuevamente en su cuello y alza su cadera en una estocada profunda.
Inui cierra sus ojos fuertemente mientras gime su nombre.
"Dime que ya la olvidaste".
Las manos de Koko se aferran a su cintura, posicionado su cuerpo de espalda contra la cama mientras marca con fervor su blanquecino cuello y empuja su pelvis bruscamente.
Inupi está perdido en el placer, pero aún así lo escucha murmurar.
—Precioso, me gusta.
El rubio sabe que se refiere a las manchas en su cuello. Kokonoi adora marcarlo, no solamente en su cuello, también en sus muslos y hombros.
Era bien sabido que Koko era un maldito presumido. Por eso se jactaba de que todo lo que hacía en su cuerpo era obra de él. A nadie le interesaba. O eso piensa Inui.
Koko sube sus mordidas hasta atrapar el lóbulo de su oreja, tirando suavemente y continua ahora con dulces besos por toda la extensión de su cuello, justo en las pequeñas manchas moradas que realizó minutos atrás.
No le gustaba cuando era delicado porque le traía malos pensamientos.
Es por eso que sus manos se van adentrando por debajo de su camisa cuidadosamente, luego uñas se encajan en los hombros contrarios y bajan con enojo por toda su espalda.
"Dime que no estás conmigo porque pretendes que soy ella"
No se sorprende cuando recibe una boca hambrienta contra la suya y unos dientes atrapando su sensible labio inferior hasta hacerlo sangrar. La diestra de Koko ahora está en su cuello rodeándolo, aplicando fuerza mientras sigue invadiendo su cuerpo con duras y rápidas estocadas, cada vez más desesperado por alcanzar el clímax.
Aún cuando su respiración está siendo cortada, Inui se siente tan ansioso y silenciosamente pide más. Koko se lo da. Todo lo que le pida se lo daría.
Se pierden en el cuerpo del otro por un tiempo.
"Miénteme, Koko."
El beso en su cicatriz es más que suficiente.
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idfc : kokonui
Kısa Hikayea inui nunca le interesaron las mentiras de koko mientras fueran bonitas. secuela: giftig:maitake.