Cuando su pueblo fue atacado, Wei Ying fue secuestrado por misteriosas criaturas con cuernos y alas, en un mundo desconocido tendrá que hacerse paso para salir de ahí, en medio de dragones y amoríos accidentales.
¿Por qué el rey Dragón decidió captu...
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"Dolor"
La comida de aquel extraño lugar simplemente era maravillosa. Wei Ying podía odiar a todas esas criatura pero la comida no dejaría de ser un deleite para su paladar. Como príncipe, estaba acostumbrado a los mejores manjares en el fondo del mar y a gozar de las más finas bebidas que se producían en el océano; sin embargo, los platillos de la tierra era diferentes y variables en todas sus formas, en especial una bebida amarga que con solo degustar una gota logró hechizarlo y envolverlo en una ola de sabor.
Al deslizar la bebida en su garganta sintió la irritación que esta producía, el sabor era amargo y dejaba una sensación en su paladar que no podría explicar. ¿Sonrisa del emperador? Ese fue el nombre que creyó escuchar de uno de los sirvientes que traía sus alimentos ¡delicioso!
—Parece que la comida de esta tierra le es agradable, ¿no es cierto? —, se encontraba en el balcón de la inmensa habitación que le fue asignada, Wei Ying tenía sobre sus piernas una jarra de aquella embriagante bebida y en una de sus manos una roja manzana. Lan Xichen, sentado a su lado con las manos perfectamente alineadas sobre su regazo, siguió hablando al no tener respuesta del príncipe —, ha pasado una semana, ¿no crees que es momento de visitar al rey? Te permitió elegir el momento del segundo encuentro, sin embargo, no has querido ni siquiera verlo.
—No estoy listo para encontrarme con el rey —, sinceró, dando un sorbo directamente del jarrón —, quizá nunca lo esté.
Si. El rey estaba siendo "considerado" con él. De una u otra manera podría aceptar eso, después de todo, Lan Wangji podría obligarlo a dejarse ver y nadie podría evitarlo. Al menos agradecía que el rey no hubiese actuado de tal manera.
—Príncipe, nuestro rey se ha esforzado profundamente en complacer tus deseos, incluso ha quitado algunos de los barrotes que has pedido —, el tono suplicante que usaba Lan Xichen para hablar con él, comenzaba a sonar como chantaje a los oídos de Wei Ying —, ¿podría si quiera darle una oportunidad?
Pensando en eso, y en lo inevitable que seria un segundo encuentro, Wei Ying decidió que lo mejor que podía hacer era darle la cara al rey; enfrentarlo y tratar de llegar a un acuerdo. Wei Ying nunca escuchaba lo que hablaban en el consejo dentro de su palacio, ya que era aburrido, pero algo que definitivamente se quedaría grabado en su memoria, era la manera en la que las guerras eran evitadas con la negociación.
—Lo que yo pedí fue que me dejaran libre, y eso no lo ha cumplido su rey —, molesto se levantó del balcón, lanzando el jarrón vacío a cualquier parte —, pero esta bien, estoy dispuesto a negociar con el rey. ¿Puede traerme otra jarra de esa deliciosa bebida?
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