Cuando su pueblo fue atacado, Wei Ying fue secuestrado por misteriosas criaturas con cuernos y alas, en un mundo desconocido tendrá que hacerse paso para salir de ahí, en medio de dragones y amoríos accidentales.
¿Por qué el rey Dragón decidió captu...
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<<Dragones y fuego>>
La luna había sido testigo de muchos sucesos en su vida; desde el milagro de su nacimiento hasta las frías noches en las que los mares devoraban su alma. La luna, rebosante en luz y rodeada de brillantes estrellas. Ahora mismo la luna presenciaba como la furia del príncipe se desbordaba con cada segundo, miraba como el rey acercaba sus propias manos hasta estar tan peligrosamente cerca del cuerpo de Wei Ying. La respiración del príncipe se tornó agitada, no por nerviosismo, si no por la molestia que estaba experimentando ante el atrevimiento de Lan Wangji.
-Príncipe, dice odiarme pero su cuerpo me susurra lo contrario -, si bien el semblante del rey era siempre gélido, Wei Ying juraría que al decir estas palabras pudo observar fugazmente un destello de burla en su rostro. Eso lo hizo enfurecer.
-Lo aborrezco, preferiría arrancarme las aletas antes de entregarme a usted - escupió amargamente. El rey recorrió con una sola mano el contorno de Wei Ying, desde su angosta cintura hasta el pálido cuello, mientras se apoyaba con la otra para no caer sobre el príncipe. Parecía que quería ponerlo nervioso. Lo había logrado, el cuerpo de Wei Ying temblaba y a su vez se sentía tenso, como si estuviera conteniendo algo; Wei Ying entendió esto como furia, odiaba al rey. - Te odio tanto...
El príncipe ahora era incapaz de controlar sus desbordadas emociones y se encontraba en un punto en que las lagrimas eran la única manera de exteriorizar sus sensaciones descontroladas. Lan Wangji miraba esta escena como un espectáculo alucinante y entretenido, Wei Ying no podía saber lo que pasaba por la mente del rey porque su rostro era una cortina que cubría su interior. El rey se dio la vuelta hasta quedar a un lado de Wei Ying, suspirando como si sus propios pensamientos le pesaran.
El silencio era una palabra y un espacio en el tiempo que Wei Ying detestaba pero en ocasiones era inevitable. Ahora mismo el silencio se había sentado junto a ellos como quien espera paciente una llegada importante, Wei Ying no sabía que más decir y no podía distinguir si se debía al nudo en su garganta y a su cuerpo tembloroso o al mero hecho de que el rey también se encontraba hundido en el silencio pero a diferencia de él, Lan Wangji se mantenía neutro sin intensiones de demostrar sus propios pensamientos. Ninguno lo rompió, fue una fuerza ajena la que los llevó a alertar sus sentidos y levantarse de la cama; los gritos en el exterior movieron el miedo en Wei Ying, sentía que estaba volviendo al ataque que lo llevó a estar en este lugar, y le aterraba pensar en eso. Los gritos se escuchan entrecortados, como si se movieran de una distancia a otra intentado escapar, y solo cuando el rey le tomó la muñeca fue que reaccionó.
-¿¡Qué está sucediendo!? -, exclamó, pero Lan Wangji había actuado primero y lo sujetó fuertemente entre sus brazos haciendo que ambos se escondieran entre la cama y el gran ventanal, el espacio que existía entre estos dos era suficiente para que ambos pudieran esconderse dejado de la cama. Lan Wangji empujó al príncipe debajo de la cama, Wei Ying no puso resistencia debido a que los ruidos eran cada vez más cercanos, Lan Wangji se esforzó por esconderse detrás de la cama debido a que sus extensos cuernos apenas eran cubiertos por esta. Los ruidos se acercaban cada vez más, la puerta fue brutalmente abierta e incluso fue partida a la mitad; Wei Ying tenía las rodillas pegadas al suelo al igual que todo su cuerpo y se esforzaba por no hacer algún sonido que pudiera delatar su presencia, desde ese ángulo lo único que podía ver era las extremidades de la criatura que había invadido la gran vivienda. La criatura recorrió la habitación y conforme sus pasos avanzaban los detalles de aquel sujeto se revelaban ante los ojos purpura del príncipe; era una larga bestia con la piel escamosa y las extremidades gruesas y tenebrosas, lo que más le llamó la atención al príncipe fue la cola que se extendía desde la mitad de su cuerpo hasta tocar el suelo provocar un sonido irritante en la madera.
