Cuando su pueblo fue atacado, Wei Ying fue secuestrado por misteriosas criaturas con cuernos y alas, en un mundo desconocido tendrá que hacerse paso para salir de ahí, en medio de dragones y amoríos accidentales.
¿Por qué el rey Dragón decidió captu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"La verdad estaba en el aire, retenerla con las manos era imposible pues el viento ya se la había llevado a los oídos más cercanos"
Lan Wangji mentiría si dijera que esa noche no sintió que le arrancaban el corazón pedazo por pedazo. El miedo invernó en su pecho y sus cristalinos ojos observaron la atroz escena. El rostro de su padre y el de los presentes de pronto desapareció convirtiéndose en una sombra oscura que se unía a la noche; solo podía contemplar el filo de la espada amenazando. Los guardias cargaban una red gigantesca sobre sus espaldas, esta se movía de un lado a otro como si algún pez luchara por su vida.
La primera vez que fue de pesca con su padre, el rey, y su hermano; supo en ese entonces que las criaturas marinas no eran de su agrado. El primer pez que su cebo atrapó terminó ensuciando sus prendas en agua fría por su revoloteo, Lan Wangji consideró que aquel pequeño pez era realmente valiente por luchar por su vida, pero demasiado estúpido para caer en la trampa. Esa noche la mesa se llenó de filetes de pescado y el rey estaba complacido con sus hijos cenando a la luz de las velas.
Las criaturas atrapadas en la red se movían incesantes; a través de las aberturas se podía ver las escamas de un lado a otro, brillantes. Lan Wangji se asombró cuando estas criaturas mostraron la otra parte de su cuerpo, cuerpos humanos agonizantes que lo dejaron aterrado. No porque fueran horrorosos en si, si no porque sus semblantes estaban por llegar a la muerte, atrapados en esa red que les impedía escapar y su respiración irregular. El bullicio en el gran salón no paraba de escucharse. Lan Wangji apretó los labios en desagrado. La escena que se presentaba ante sus ojos era simplemente desagradable pero era alabada como la mejor obra artística.
El primogénito de la familia Lan fue empujado por su propio padre un paso adelante, y las criaturas marinas fueron arrojadas al suelo aun con vida pero rozando el abismo que los llevaría a la muerte. Lan Xichen parecía asustado por la forma en que sus manos temblaban, sus orbes azules se hallaban brillantes por las lagrimas y era fácil notar el miedo en su posición. Sujetaba la espada pero esta tambaleaba de un lado a otro; el rey lo miraba con desaprobación, como si esperase un mínimo error para sacarlo del juego. Madam Lan ni siquiera se atrevía a mirar, quizá conociendo lo que sucedería pronto, tenía los ojos puestos en las tenues paredes que desaparecían cuando la llama del fuego se reducía para volver a ser un poco visible con el nuevo ardor; Lan Wangji podía ver como el cuerpo de su delgada madre tiritaba, y el nerviosismo en sus manos era imposible de olvidar.
—Detenga esto... majestad —, Lan Wangji se acercó a pasos cuidadosos solo para darse cuenta de las suplicas de su madre, ella estaba aferrada al brazo del rey con los ojos brillantes de dolor y el amanecer de su miraba parecía quebrantarse con cada segundo, apretaba las telas que colgaban del rey como si algo realmente malo estuviera sucediendo —, volvamos a casa...
El rey sacudió sus túnicas, quitando las manos de la mujer sobre él sin gentileza.
—No permitiré que mi hijo participe en esto —, Lan Wangji estaba detrás de una de las grandes murallas del gran salón, tan cerca de los reyes que un mal movimiento podría delatar su presencia ante el ojo público. Podía escuchar la discusión que tenían los reyes, sin embargo, las palabras no cobraban sentido en su mente —, si no detiene esto, yo lo haré —, parecía que el bullicio de la gente escondía la discusión de la pareja, porque nadie más se percataba de lo que sucedía entre los reyes. Madam Lan pareció querer avanzar, pero fue retenida por el brazo del propio rey.