XII

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Capitulo XII - El fin del juego.

Iwaizumi Hajime.

Era el momento de ponerle punto final a esto.

—Ya estoy aquí—Me deslicé sobre mis rodillas para quedar al lado de Atsumu. Yo tenía una maleta en la mano. La dejé en el suelo para que el la viera —Creo que ya estoy viejo, Atsumu.

—...solo tienes veinticuatro.

—Pues me siento de cuarenta.

Miya rodó los ojos, antes de mirar hacia abajo —¿Ese es el sufusil, cierto? ¿Sabrás usarlo?

—Claro que si —Le quité el seguro para luego ponerle el cartucho dentro —¿Dónde están? 

Atsumu me señaló al frente, había una gran barrera de sacos, al parecer Kuroo y Bokuto estaban bien cubiertos entre cemento y heroína. Pero no por mucho. Yo estaba dispuesto a disparar sin espera. Si tan solo, él no no me hubiera detenido.

—Alto ahí, lindura tres.

—¿Lindura tres?

Levanté la mirada para ver a ese sujeto. Un enano de mecha rubia —Si, tú. Espera un momento.

—¿Por qué soy lindura tres? —Pregunté casi asqueado.

—Iwaizumi —Kenma y Akaashi estaban ahí. Y mierda, no se parecían en nada a los dos chicos que teníamos secuestrados. Esos dos que estaba viendo, eran totalmente diferentes —Bueno, al parecer yo soy lindura uno y Kenma es lindura dos. Por lo visto, ahora eres lindura tres.

—No. Soy. Lindura —Espeté para luego soltar el arma —¿Por que me detienen? ¿Y por qué carajos siguen aquí ustedes dos? ¿Quieren morir?

—La verdad...

—Kenma.

—Lo siento —Tosió dos veces para volver a la seriedad —Verás Hajime, Iwaizumi, lindura tres o lo que sea. Esperamos tu permiso para acabar con esos dos de allá.

—No, permiso totalmente denegado —Negué sin pensarlo dos veces —Han pasado mucho tiempo con ellos, se han encariñado lo suficiente como para jodernos a todos, no sé de que lado están. Asi que no, no tienen  mi permiso.

Akaashi le dirigió la mirada a Kenma para luego asentir. Nishinoya, Terushima y Daishou parecía estar de lado de ellos, incluso Atsumu, no hizo nada cuando esos dos me apuntaron a la cabeza con el cañón de sus pistolas. Honestamente, fue una escena casi cómica. Hasta que Kenma habló.

—Hajime tú no lo sabes... pero aquí estos tres que están a mi lado, tiene pura en concisa orden de matarte. Y este a tu lado, no está contigo, está traicionándote justo ahora pero eres tan ciego y estúpido que no te quieres dar cuenta.

—Asi que —Akaashi completó —La orden fue clara "Iwaizumi Hajime no abandona del barco" esta oportunidad que te estamos dando, es para desaparecer. Date vuelta y abandona, o quédate aquí pero déjanos encargarnos de Kuroo y Bokuto.

Todos me decían lo mismo. Y con eso en mente, tuve que ceder. Por qué todo y todos parecían estar en mi contra.

—Hagan lo que se les pegue la maldita gana.

Tiré el cargamento al suelo. Poniéndome de pie para estar a la vista de todos. Mirando de reojo, pude ver que Kuroo nos tenía en la mira. Ambos estaban armados, pegados al hombro del otro, me recordó al tiempo en que les enseñaba a disparar y eran ellos dos contra mi. Fue nostálgico, y por un segundo, por un instante, me sentí de vuelta al pasado.

—Kuroo. Bokuto —Levanté la voz en un fuerte tono. No se si él me escuchaba, aún así hablé —Ojalá nunca hubieran crecido.

Por desgracia lo hicieron, no importa cuanto deseemos volver al ayer. Aquellos días no volverán. Aún así, en ese momento teniéndolos tan cerca, me di cuenta de que el pasado lo revives al recordar. Los tres nos miramos entre sí, y aunque fuera un momento, un instante, vi aquellos dos niños inocentes los cuales tanto extrañaba. Quisiera volver al ayer, me hubiera gustado que fuera para siempre.






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