II

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Bokuto Koutaro - Meses atrás.

—¿Ha tenido un trabajo nuevo verdad Bokuto-san?

El frío del invierno es realmente agonizante si no estás cubierto por muchas prendas. Aún así, si estás al lado de una persona que te ofrece su calor, sientes que todo es reconfortante. Y eso mismo sentía yo.

—mm —Asentí en respuesta. Di media vuelta a mi cuerpo y mi cabeza descansan sobre las piernas de aquel chico. Sentía como sus delgados dedos se escondían y luego peinaban mi cabello. Me pregunté si él era consciente de lo que estaba haciendo.

—¿Quiere hablar de eso?

Yo le negué con la cabeza. Solo quería seguir así como estábamos. Normalmente, yo era él que hablaba y él quien guardaba silencio. Esa vez, fue al revés.

—Oiga, Bokuto-san... ¿Por que no deja de hacer esto? Ninguno de nosotros escoge estar aquí.

—¿Por que supones eso, Akaashi?

—Kuroo-san no lo eligió, ni Iwaizumi-san, ni ninguno alrededor —Hizo una pausa para dejar de peinar mi cabello con sus manos —Nunca entendí por que Daichi-san los trata a ustedes tan mal, se supone que son amigos. Y ustedes lo estiman, o al menos, eso es lo que creo. Es lo que... ustedes demuestran.

Él siempre tenía razón. Odiaba que siempre dijera la verdad, aunque esta vez, se equivocaba en unos detalles —En una cosa te equivocas, Akaashi —Llevé la punta de mi nariz a su abdomen, era tan cálido —Yo si elegí estar aquí.

Y tal vez también era el único. Pero lo cierto es que no fui obligado, simplemente así lo quise. Una vez, Tetsuro me dijo "Voy a unirme con Daichi en sus negocios" yo le sonreí dándole una palmada en el hombro. Y le dije que entonces yo también me uniría, que no iba a dejarlo solo.

Supuse que Akaashi me entendió en ese momento. Hablar del tema no era lo más cómodo para ambos. Akaashi lo sabía, tal vez me odiaba, pero él no me juzgaba. Y eso era suficiente para que yo lo quisiera cerca.

—Bien entonces... hablemos de tu trabajo ¿Cómo es que terminaste así?

Solía ir a las faldas de Akaashi luego de cada trabajo al que Daichi me mandaba. La verdad yo tampoco sé el por qué de aquella acción, era algo involuntario, pues antes de darme cuenta era una costumbre.

—El sujeto del que tenía que encargarme me caía bien. Aunque, finalmente terminé por acabar con él.

—Dejaste que él te golpeara antes de ello.

—Y luego deje que Daichi se desquitara conmigo por haberme tardado. 

Akaashi tarareo sin despegar los labios, en un "entiendo" —¿Y ese sujeto era importante para usted, cierto? —Me preguntó en voz baja, sus labios tocaron una esquina de mi oreja, casi como si fuera un secreto —¿No querías encargarte de él, verdad?

Adoro los secretos aunque no sé guardarlos, por que es en los secretos donde puedes ser honesto.

—no... realmente no quería —Respondí en un susurro, exhalando lentamente para luego enterrar mi rostro en la piel de su abdomen. Finalmente suspiré —Akaashi, por favor dime qué todo estará bien —Volví a murmurar, solo estaba hablando para mí, estaba susurrando para mi mismo, esperando que eso me hiciera sentir mejor. Pero Akaashi me escuchó.

Y al parecer también entendió.

Siguió acariciando mi cabello. Quizá él solo lo hacía por que tenía miedo a morir y sabía que pronto yo tendría que encargarme de él Aún así, yo lo sentí como si fuera de verdad. De alguna manera, Akaashi era ese sitio al cual volvías luego de un largo día de trabajo, luego de perder el rumbo o incluso cuando ya no tienes a donde más ir.

Yesterday is ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora