IX

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Capitulo IX - Sin opciones

Oikawa Tooru.

La verdad creo que siempre fue así.

No bueno, siempre no. Más bien desde que conocí a Iwaizumi es así. Quería sentir sus manos en mi piel, sus labios recorriendo mi cuerpo y nuestros aromas mezclándose el uno con el otro. Al principio creí que era solo deseo. Por que vamos a ser honestos, a los diecisiete años te enamoras de todo lo que se mueva. Estás en la etapa en la que tus hormonas no colaboran para ser coherentes.

Y tener a Iwaizumi a mi lado, en este instante, ambos encerrados en el sótano de un barco, no era la mejor de las situaciones para que mis hormonas hicieran "click"

—Iwa-chan ¿Puedes golpearme?

—¿¡Q-qué!? —Se exaltó demasiado, como si lo hubieran asustado —¿Te gustan ese tipo de cosas? Eres muy joven para eso, Oikawa.

—¿eh? No, Iwa-chan. Te estoy pidiendo que me dejes inconsciente, pégame, pero demasiado fuerte por que si solo me golpeas y me dejas tonto o tuerto no va a servir de nada. Necesito que me noquees de esa forma en la que me pegaste cuando te amenazaba para irnos a la cárcel ¿Recuerdas?

—Escucha, por mucho que quiera golpearte en este momento, no voy hacerlo. Si alguien entra por esa puerta van a matarnos.

—Por dios, estamos en el sótano del barco. Nadie va a entrar aquí aunque gritemos.

Iwaizumi guardó silencio. Era su forma de darme la razón. No se que era lo que pasaba por su cabeza en estos momentos, pero en mi cabeza, solo podía pensar en como se sentiría estar cerca de él, pegado a él. Como se sentiría poder tenerlo cerca sin que me aleje de una patada.

—¿Por qué me miras tanto? Es incómodo.

—Iwa-chan ¿Puedo besarte?

Yo era de esas personas que iban al directo al punto. Si quiero algo solo abro la boca, si necesito algo solo tenía que pedirlo. Y eran casi nulas las veces en las que se me negaba aquel deseo. Iwaizumi no fue la excepción.

—¿Hormonas adolescentes? —Sonrió torcidamente, como si se estuviera burlando —Me miras como perro en celo.

—¿Puedo si o no?

—Se más directo, Oikawa ¿Qué buscas de mi? ¿Qué quieres?

—Te estoy pidiendo que me dejes besarte no que me dejes llevarte al altar, maldito estúpido.

—Mira, yo odio las niñerías del "me gusta no me gusta" "mañana si más tarde no" "me contestan luego cuelgan" —Iwaizumi bufó antes de seguir —Si estas buscando diversión, ve a jugar al choque y fuga con alguien más.

Yo creía ser directo, pero Iwaizumi era el claro ejemplo de lo que significaba "Ve al grano" No le gustaba ir por rodeos, el si es si, el no es no. Y el tal vez no existía en su vocabulario. No entendía su forma de ser, es alguien complicado. A parte de ello, verlo a los ojos era aún más difícil, porque en su mirada se distinguía la tristeza, como si no fuera la primera vez que alguien le pedía algo así.

—¿No es la primera vez que te lo piden? ¿Es eso? —Su silencio fue respuesta suficiente. Inconscientemente, mi mano sacudió su cabello —Va pues, no tienes que besarme sino quieres. Pensé que no te molestaría.

—No es eso, Oikawa. Es solo que, yo no te quiero solo para algo sexual, sabes... es más com-

Mierda, Iwaizumi. No tenías que haber dicho eso. Eso solo hace que quiera besarte aún más, idiota.

Fue una simple reacción a sus palabras, y sin saberlo nuestros labios ya estaban juntos, besarlo fue quizás lo más arriesgado que había hecho en mucho tiempo, no sé si estaba bien hacerlo. Pero definitivamente se sentía correcto. Iwaizumi era un bruto con las palabras, pero era jodidamente bueno en medio del silencio.

Yesterday is ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora