Pequeños relatos Sherliam (Sherlock y William)

El primer beso

Hola a todos, estoy muy feliz de volver con otra historia que ha llegado a inspirarme, el primer beso de estos dos. 

Estoy en un grupo de facebook donde hay distintas personitas que hablan de escenarios hipotéticos y muchos han llegado a mi corazón al grado de que deseos escribirlos, causando incluso que llegue a soñar con ellos, y esta es la situación que llegó a mi, espero que la disfruten y disculpen de antemano cualquier falta ortográfica.

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Liam aún no se recuperaba completamente por lo que no podía asistir a Sherlock en las misiones, pero este último apenas tenía tiempo para estar con él no perdía tiempo en darle todos los cuidados necesarios, quería que su amigo tuviera todo lo necesario para que se pudiera recuperar tanto física como psicológicamente. Es por esto por lo que cada uno de sus caprichos eran atendidos por Holmes, incluso el dormir juntos para calmar sus pesadillas, pero el detective no tenía idea que el rubio estaba totalmente rendido a él, sus acciones habían terminado de enamorarlo.

Llevaban tiempo viviendo juntos en un modesto piso en New York, convivían con los vecinos, Sherlock hacia viajes por el país resolviendo casos y Liam ejercitaba lo necesario para tener su fuerza de nuevo. Además, la relación diaria de estos dos no era difícil, eran tan iguales que era como si hubieran convivido por siempre y eso era algo que ambos agradecían, Sherlock no tenía que pedir disculpas por su actitud y por algunos experimentos con instrumentos que le facilitaban y Liam podía hacer sus ejercicios y leer hasta altas horas sin preocuparse de descuidar al otro. Ambos se entendían y eran felices así, pero llegó un momento en el que el rubio no aguantaba guardar sus sentimientos, por lo que intentó de alguna manera u otra dar pequeñas señales, pero lo que no contaba es que su compañero a pesar de ser muy inteligente era el humano más estúpido que había conocido, por lo que su paciencia estaba llegando a limites impresionantes.

Estuvo mucho tiempo pensando en que hacer para llamar la atención de su compañero, y lo primero que se le ocurrió fue hacer pequeños detalles para que viera que se preocupara por él, lo hizo muchas veces dejándole el desayuno, aprendiendo a cocinar su comida preferida, pero nada, solo lograba que Sherlock se asustara por que pensaba que había olvidado algo importante.

-Acaso no puedo hacer cosas para que te sientas bien relajado?- decía en muchas ocasiones Liam

-Si solo...tu no eres así y pienso que hice algo malo-

-Ahg! Eres imposible Holmes!- y terminaba saliendo todo el día para volver en la noche, donde se encontraba a un Sherlock preparando la cena, con el baño ordenado para que se tomara una ducha y su ropa limpia.

-Y esto? No era necesario- decía el rubio viendo su ropa ordenada tratando de ocultar su emoción-

-Has hecho tanto por mi que de alguna forma quería devolverte el favor, los amigos hacen eso-

Y el detective no sabía que esa simple palabra hacía que el corazón de Liam doliera mas que todos los pecados que había cometido.

-Estas bien Liam? Te tambaleaste un poco- se acercó preocupado Sherlock a Liam

-No no solo...me sentí mal por un momento-

-Ven siéntate, voy por el te de Frutillas que te gusta, no es igual al de tu hermano pero me esforcé-

Liam intentó taparse su cara pero su sonrojo era muy fuerte como dueles Sherly.

Ahora bien, el tiempo iba pasando y Liam no veía que sus acciones tuvieran avance, incluso comenzó a tener miedo por que cuando se empezó a mostrar mas cariñoso, yendo en contra de todos los demonios en su cabeza que le decían que era la peor idea que pudo haber tenido, Sherlock se asustó y lo corrió fuertemente de su lado. Este último estaba viendo algo referente al trabajo y Liam se acercó para rodearlo, pero Sherlock se enojó tanto que le dijo que demonios le pasaba. Fue esa acción la cual hizo que Liam entrara en pánico y se escondiera en el baño para calmarse, demorándose un poco mas de media hora en salir.