CAPITULO 21.

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Advertencia: Situaciones subidas de tono, o sea una pequeña dosis de LEMON.

PD: No sé escribir LEMON pero de hace el intento ¿no?

Sin más preámbulo comencemos.

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A duras penas lograron llegar completos a la mansión, exceptuando de que Daniel en el camino tenia un pequeño problema en su parte baja de su cuerpo, pero por suerte usaba pantalones holgados así que no había necesidad de salir corriendo como desquiciado al baño.

Venezuela fue el primero en bajar con cuidado de la motocicleta robada y se agacha para recuperar el equilibrio después de estar en la misma posición por casi 2 horas, enseguida fue Daniel que se bajo procurando que no fuera notorio el saludo de su ''Mini yo'', y al final Héctor quien soltó un fuerte suspiro al aire aliviado de salir vivo.

Entre los 3 se miran a los ojos y por alguna extraña razón empiezan a reír fuerte.

─¡AY DIOS MÍO DE LO QUE NO SALVAMOS!─ dice entre risas Daniel procurando de que su problemilla nadie lo viera, mucho menos el causante.

Entre las risas y carcajadas por el elevado nivel de hormonas, Héctor se a cuneta de dos ligeros detalles que dejo pasar pero que ahora se acuerda haciendo que parara de reír junto con sus acompañantes.

Primero: Los mexicanos vieron a su representación en estado ''salvaje''.

Segundo y tal vez lo mas importante: Venezuela ya llevaba mucho tiempo abrazando a Daniel, y eso que se suponía que su amigo era distante con las personas.

''¿Porque me preocupa eso? ¡Agh!¡No tengo para pensar eso!'' se recrimina en silencio Héctor.

En el silencio Venezuela y Daniel miran a Héctor y ven que esta serio.

─¿Que sucede Héctor? ¡Ríete, nos salvamos de la furia mexicana! ¡JAMÁS ME SENTÍ TAN VIVO!─ le dijo Venezuela a Héctor mientras abrazaba a Daniel quien no se negaba a la muestra de afecto pero no se apegaba tanto por si acaso.

🌻•~🇲🇽REINICIÓ🇲🇽 ~•🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora