Capitulo 3: Sucesos traumáticos

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Caí redondo al suelo, inconsciente. Cuando me desperté, estaba atado a una silla en el salón de aquella vieja casa, junto a esos hombres. Estaba muy confuso y me dolía mucho la cabeza, lo cual me hizo pensar que tal vez me hubieran golpeado mas fuerte de lo que pensé, sentía como si mi cerebro quisiera salirse de mi cráneo. Uno de los gorilas se dio la vuelta y caminó hacia mi, y aquí es cuando e asuste de verdad. Sus ojos carecían de pupilas, siendo sustituidas por un símbolo muy parecido a una letra griega que podía ver en películas y videojuegos, solo que estaba al revés. Estaba formado por tres circulos concéntricos con tres barras cortas abajo y una arriba, el hombre se movía como si estuviera poseído por un ser infernal, con una fuerza física y agilidad sobrehumanas.

- Conoces a Edward McDougal - me quede boquiabierto, no solamente por su voz robótica y siniestra sino porque dentro de mi me preguntaba como es que conocía a mi padre

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- Conoces a Edward McDougal - me quede boquiabierto, no solamente por su voz robótica y siniestra sino porque dentro de mi me preguntaba como es que conocía a mi padre. Estaba claro que la pelirrosa Aelita no era su único objetivo. Sin mediar palabra me golpeo en la cara y me tiro las gafas al suelo. Casi me arranca la cabeza.

El otro hombre tenia gafas de sol y la piel muy blanca. Detrás de los cristales negros lucía el mismo símbolo pero en rojo, como si fuera un Terminator o algo así.

- No quieres decirnos lo que queremos saber eh?, te hablo a ti!!!!! - dice este ultimo con una voz mas escalofriante que la anterior y dándome un puñetazo en el estomago. Sin que se dieran cuenta cogí un cristal afilado de una lampara rota y poco a poco fui cortando mis ataduras. De repente le empezaron a salir rayos de las manos a uno de ellos y parece que estaba dispuesto a electrocutarme. Aquello me abrasaba y dolía como el infierno, y como me dieran mas veces me quemarían hasta que mi piel crujiera como la de un pollo asado.

Tenia que salir de alli ya, así que me di prisa al cortar la cuerda que me ataba mientras rabiaba de dolor. Después de unos segundos lo conseguí, cogí un viejo cable pelado y los electrocuté haciéndoles de alguna manera sentir "dolor" si se le podía llamar así, se descomponían como si fueran una especie de fantasmas o espectros. Gané un tiempo precioso para escapar de alli pero momentos después vi como me perseguían por el bosque hasta que me camuflé en un arbusto y los despisté. No me podía creer lo que acababa de ver, aquello podía poner del revés hasta al estomago mas duro. Me sentía horrorizado y dolorido, incluso vomité del golpe en el estomago.

Volví a la academia y gran parte de ella estaba en llamas, y custodiándola estaba la policía, bomberos, paramédicos, ambulancias...incluso el ejercito, negociando con un loco en cuyas manos llevaba unas botellas de napalm elaborado a base de poliespán y benceno. Los alumnos estaban en la cafetería, encerrados y a punto de ser abrasados si daban un paso en falso, para mi sorpresa tenia los mismos símbolos en los ojos, estaba furioso como una fiera y se movía como un fantasma, igual que aquellos extraños seres de la Hernita.

-Cuernos!!!!!, que demonios esta pasando aquí?????- Es el único pensamiento que podía pasar por mi mente.

- Ehhhhh aquí hay un alumno medio moribundo!!!!, por favor, traigan a un medico!!!! - dijo uno de los policías. Cuando estaba medio desmayado en el suelo con una costilla rota, me subieron a una camilla y de un momento a otro vi una cúpula formada por una luz blanca acercándose por el horizonte. Me desperté en la habitación de Jeremie, en el mismo momento en el que estaba colocando mis cosas cuando recién llegue aquí, un reloj marcaba las 7:00 de la mañana. Es como si hubiera vuelto al pasado y el día se volviera a repetir... en ese momento supe que me estaba volviendo loco.

Code Lyoko: Desde las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora