Capítulo 8: Actuar es mi pasión

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Pasaron los días, y Mei-chan aun se preguntaba por qué había actuado tan extrañamente con ella ese día. El día en que mi corazón se había trisado y dañado. Todos los días ella me preguntaba….

-Mamo-chan…. ¿Qué ocurre contigo, por que actuaste así ese día en el salón?..... –

Pero yo siempre le respondía que no era nada importante, que  olvidara ese asunto y que nos concentráramos en la obra que iríamos a presentar en unas semanas más. Mei-chan, a pesar de mis excusas y mentiras, sabía que algo andaba mal conmigo, por que así es ella, cuando se preocupa verdaderamente por alguien no descansa hasta saber el por qué del problema y de cómo solucionarlo.

Yo seguía insistiendo en que dejara el asunto, así que después de preguntar tanto, ella decide dejar el problema por el momento hasta que presentásemos la obra. De esta forma ya no tendría excusas y podría descubrir lo que pasaba conmigo. Pero realmente no quería decírselo, por que me daba vergüenza y tristeza todo lo que había pasado con mis sentimientos hacia ella. 

Para que este tema dejara de abrumarme, comencé a cambiar un poco mi forma de ser. Me convencí de que estos sentimientos de tristeza no impedirían que siguiese en el club con los demás, ya que la idea de convertirme en seiyuu se había vuelto una obsesión y un sueño para mí. Trate de hacer que todos los días fuesen agradables y divertidos para mí y para todos los que me rodeaban. Comencé a hacer locuras y tonterías con mis amigos y amigas, por ejemplo con Seki-kun nunca había estado tan unido a él como antes. Hablábamos más despreocupadamente durante los recreos y las veces que nos juntábamos a salir, y eso nos daba más confianza el uno con el otro. Eso sí, el siempre era el más desordenado de los dos.

Mi relación con mis compañeros había cambiado, todos sabían que en cualquier momento diría algún comentario divertido en clases, o que propondría alguna actividad para hacer en el curso. Me había vuelto más amistoso que antes, y todos me lo decían.

Con las chicas del club, mi relación era mucho más divertida y sincera. Con las mujeres, la relación era mucho más distinta que con los hombres. Fue tanta la confianza que les di a ellas, que comenzaron a contarme sus secretos y problemas. El chico que les gusta, sus lugares favoritos, sus problemas sentimentales y todas esas cosas. Pero no importaba mucho lo que fuera, pues me gustaba escucharlas y ayudarlas en lo que pudiese.

Las horas de ensayo en el club de Teatro se hacían cada vez más agradables, y cada día mi sueño de convertirme en Seiyuu se hacía más y más fuerte.

-¿Qué tal chicos, como están hoy?-  decía el profesor Sakamoto mientras que entraba rápidamente al salón.

-¡Listos y dispuestos Profesor!- dije mientras que me ponía en posición de soldado, con la mano en la frente y vestido con el disfraz de anciana que tenia por personaje en la obra.

Con una expreción de estúpido en el rostro, hice reír hasta al profesor.

-jajaja… profesor!, profesor! No me va a creer, pero Mamo-chan llego al salón con el disfraz puesto esta tarde!- decía Naomi-chan mientras que se reía y me apuntaba.

-jajaja no me sorprendería viniendo de él- decía el profesor mientras que se acercaba a nosotros con una sonrisa en su rostro.

-N…No seas grosera Naomi-chan, apuntar con el dedo a Mamo-chan es de mala educación…- decía la pequeña Hori-chan mientras que aguantaba la risa con una mano en su boca.

Luego la miro con una cara graciosa y me acerco a Hori con un caminar muy extraño y divertido, haciendo que sus ganas de reír aumenten.

-¿Mamo-chan? ¿pero de que hablas jovencita, si yo soy solo una humilde anciana?- dije con una extraña y chillona voz, mirándola fijamente a los ojos con una expreción tan chistosa que la pobre no pudo aguantar más y libera su risa descontrolada.

¡Thank you! Mei-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora