Capítulo 16: Lápiz de madera.

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Habían pasado ya varias semanas desde que las vacaciones de verano habían comenzado, y entre ese tiempo  Naomi, Hori -chan y yo ya nos habíamos juntado en más de 5 ocasiones. Nos pasamos esos días yendo al cine, o  a algún parque, o simplemente a quedarnos conversando en la casa de alguna de las tres. Durante esos días nuestra afición se estaba fortaleciendo, y era tanta la amistad y confianza que teníamos que ya nos sabíamos prácticamente casi toda la vida de cada una de nosotras. Sabíamos claramente cuáles eran sus problemas familiares, sus gustos, sus disgustos y sus aspiraciones en el futuro. Nos contábamos historias y anécdotas,  y debo admitir que a medida que pasaban las horas de conversación, las historias se hacían más y más "locas y extrañas". 

Un ejemplo de ello, que fue el momento más bochornoso de mi amiga Naomi-chan. Ella y su familia numerosa se habían reunido en un restaurant bastante reconocido en la ciudad. Llevaba puesto ropa algo simple pero a la vez elegante, con zapatos finos, unos pantalones apretados, polera y chaqueta. A la reunión asistieron primos, tíos, abuelos, y otros parientes igual de jóvenes que ella  que jamás había visto en su vida.  Terrible fue su desgracia ya que en su familia a los jóvenes los sientan en mesas separadas de las de los adultos. Eran tantos los chicos y niños desconocidos,  que en la única persona en la cual podía confiar era en su prima Haru. Pero, esta prima se encontraba sentada en la otra esquina de la gran mesa de jóvenes primos y sobrinos.

De un momento a otro, a la pobre Naomi-chan le habían entrado ganas de ir al baño.

Fue su perdición, ya que como nadie en esa mesa se conocía mucho, nadie se movía o emitía algún ruido. Como ella es igual de tímida que sus supuestos primos y sobrinos, tampoco quiso resaltar mucho tratando de ir al baño. Ella no hizo más que aguantar, aguantar y aguantar hasta que su vejiga estuviera hasta el tope. Ya iban por el prostre, cuando de repente Naomi-chan no pudo aguantar más, así que toma  una decisión rápida de levantarse e ir al baño. Pero, cuando está a punto de entrar al tocador de damas, sus órganos internos no lograron resistir ningún movimiento más de su parte, haciendo que sus pantalones apretados se empaparan por completo.

Naomi-chan estaba desesperada, no quería ni imaginarse la magnitud de la vergüenza que pasaría frente a estas personas que apenas iba conociendo ese día. Su rubor se extendió hasta sus orejas, y en lo único que pudo pensar en ese momento de indecisión fue en meterse al baño de damas, abrir una de las llaves de lava manos y mojarse desde la chaqueta elegante hasta los zapatos finos. De esta forma tendría una escusa mucho menos vergonzosa que la de haberse orinado sobre sus pantalones.

Cosas como esas y muchas otras más nos contábamos en una que otra "Pijama Party" que se nos ocurría hacer de la nada. Siempre o era en la casa de Naomi o en la de Hori-chan, pero esta vez mi turno había llegado. Estábamos tan entusiasmadas por la junta, que comenzamos a planearlo dos días antes. De tanta distracción, no se me paso por la mente  el pequeño  (gran)  detalle de que Mamoru Miyano vive frente a mi casa. ¿Sera necesario preocuparme por esto? Me pregunte un día antes de que la Pijama Party comenzara, pero decidí que no tendría por qué afectar nuestra reunión de chicas.  Ya que él no tendría por qué enterarse de nuestra pequeña actividad, y no creo que nuestras charlas se logren escuchar desde mi cuarto hasta el suyo. Así que dejo por ignorada la situación.

Sin embargo el recordar a Mamo-chan en ese momento, me llega de improvisto el momento en que me encontraba en el umbral de la entrada a la enfermería de la escuela. Mamo estaba sentado en una silla frente a Hori-chan, que estaba recostada en una camilla.  Él, con una cara de impresión y confusión observaba a la pequeña Hori-chan, que hacía unos instantes atrás había gritado inconscientemente la tan esperada confesión de amor que tenía guardada en su corazón.

¿Qué habrá pensado Mamo-chan en ese momento?...

¿Habrá sentido tal vez felicidad, o tristeza, decepción, o simplemente estaba confundido?....

¡Thank you! Mei-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora