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- ¡Baji! ¡Tenemos que irnos!

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- ¡Baji! ¡Tenemos que irnos!

- ¿Ah? Pero si apenas lo voy a hacer.

Kazutora se frotó las sienes con algo de frustración. Sabia que era mala idea salir con Baji sin comer.

Pronto tendrían que reunirse con los chicos y no quería retrasarse llendo a la comisaría por culpa de su amigo, de nuevo.

- Ya te lo dije, ese auto es de un maldito ricachón- Le recordó las palabras que le había dicho hace algunas horas- Sin te descubren, no terminaremos bien.

- No te preocupes tanto, Kazutora- Prendió un cerillo, sonriendo emocionado- Lánzare esto aquí, y saldremos corriendo.

- ¡Aish! ¡Solo apresúrate!- Regaño mirando alrededor.

Pero antes de que el de cabello azabache pidiera hacerlo planeado, una mano se colocó en su hombro.

- Jovencito... ¿Que están tratando de hacer?

Un hombre alto y algo musculoso, vestido de traje elegante los miraba fríamente a través de los cristales de sus lentes.

Kazutora trago grueso, estaba jodidos. Al menos como no había daños, no podrían hacerles nada grave.

Por lo pronto, trataría de salir de la situación con calma.

- ¿Nosotros? No estamos haciendo na-

- Iba a incendiar el auto- Interrumpió con obviedad, haciendo que el más alto lo mirara mal.

- Ya veo, ¿Puedo saber la razón?

- No lo escuché el-

- Tengo hambre.

Al hombre le tembló una ceja incrédulo por la respuesta del azabache, volteando a ver a su acompañante le pregunto con la mirada la situación.

- ¿Sabe que? Ya no importa- Empujó por los hombros a Baji- El tiene la culpa, yo me voy.

- ¡Traidor! ¡Tu dijiste que quemarnos algo!

- ¡No es cierto! Yo dije: Vayamos a distraernos para que no pienses en comer.

- Bah, es lo mismo.

You're not alone [TokyoRev]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora