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– No puedo creer que realmente lo lograrás– Solté con sinceridad al entrar al local

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– No puedo creer que realmente lo lograrás– Solté con sinceridad al entrar al local.

– Mi abuelo dijo lo mismo– Se rascó la nuca avergonzado– Aún falta mucho por hacer.

Shinichiro había comprado un local, cada vez avanzaba más en su sueño de tener un taller de motocicletas. Y yo como su amigo, estaba dispuesto a ayudar a cumplirlo.

– Ya hablé con uno de los provedores de la compañía, pronto llegará el camión con lo que pediste.

– Gracias por venir a ayudar, se que has estado ocupado– Agradeció tomando un trapo para limpiar un estante.

Las últimas semanas, entre mis clases, la empresa y la constante vigilancia haci los movimientos de mi familia, me mantenían asfixiado.

Solo los sábados por la tarde tenía tipo libre, y lo usaba para visitar a los Sano o en ocasiones ir a ver a Izana y Kakucho.

– No me molesta– Deje de barrer por un momento– Salir me ayuda a despejarme, además eres mi distracción favorita.

No pude evitar reír al ver la cara de Shinichiro, parecía que iba explotar en cualquier momento.

– Respira– Un chico entro al lugar, golpeando la espalda del pelinegro– Tienes que dejar de ser tan directo Kenya o algún día nos dejas sin líder.

– Lo siento, Wakasa– Le sonreí en forma de saludo continuando mi labor– No puedo evitarlo.

– Creí que llegarías más tarde– Shinichiro intento cambiar de tema.

– Lamento interrumpir su momento romántico.

– ¡Que solo somos amigos!

– Si, claro– Sonrió un poco quitando su usual expresión aburrida– Los chicos querían venir a ayudar, así que los traje.

– Bueno, entre más mejor.

Seguimos con la limpieza hasta que todo quedó impecable. El camión con las piezas y herramientas no tardó en llegar, así que algunos miembros de los Black Dragons comenzaron a bajar las cajas.

You're not alone [TokyoRev]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora