Espere pacientemente sentado en uno de los sillones, mientras veía de manera desinteresada la revista de moda que había en mis manos.
Suspiré cansado, mientras frotaba mis ojos algo preocupado ¿Estará bien? ¿Podrá estar solo sin intentar algo malo contra el especialista, de nuevo? Hice un puchero imaginario mirando con molestia la puerta a mi costado, no podía escuchas que decían allí dentro. El hombre había decidido que lo mejor era sacarme un momento, para que hablarán solo ellos dos.
- ¿Le gustaría una taza de café?- Pregunto en voz baja la recepcionista, sacándome de mis pensamientos, a la vez que me tendía una pequeña taza.
- Ah, si. Gracias- Agradecí inclinando de manera leve mi cabeza, para luego tomar la taza caliente con cuidado.
- Es raro ver a alguien tan joven venir aquí, usualmente vienen ancianos o niños. - Me miro curiosa, mientas se sentaba frente a mi- ¿Acompaña a algún familiar?
La observé uno segundo antes de hablar. Era un chica de baja estatura y complexión delgada. Tenía unos ojos grandes de color claro y unas pestañas prominentes. Su cabello también era de un color rubio claro y lo llevaba corto, con su flequillo llegando a la altura de sus cejas.
- Podría decirse que si- Respondí después de tomar un poco del líquido de la taza en mis manos- ¿Hace mucho trabajas aqui?
Ella sonrió al ver que tenía intención de continuar la conversación, seguramente estaba aburrida de estar en silencio todo el tiempo.
- Casi ocho meses, aunque solo es un trabajo de medio tiempo- Hizo una mueca algo incómoda, mientas se acomodaba su cabello- Aveces es complicado venir por tener que cumplir en el instituto
- ¿Eh? ¿Eres estudiante?- Lo mire algo asombrado para luego mostrarme algo pensativo- Pensé que eras mayor que yo.
- Me dijiste vieja indirectamente- Frunció el seño, cruzándose de brazos.
- O-oh no era mi intención- Sonreí de manera nerviosa, mi madre siempre dijo que nunca me metiera con la edad de una mujer- Solo pensé... Que tú... Digo que yo... Amm, ¿Lo siento?
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You're not alone [TokyoRev]
Fiksi PenggemarTres... fueron tres balas las que impactaron de golpe contra mi pecho. - ¡¡Kenya!! Mis oídos silbaron fuertemente, el grito de Kazutora se escuchaba algo lejano. Podía sentir como la sangre comenzaba a brotar por mi boca. No...Yo aun.. no puedo.. S...