Cuento 2: Frida.

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Normalmente, uno suele pensar que el amor de su vida lo encontrará en la universidad. Quizá en un parque de Moscú. Quizás sea la hermana de tu peor enemigo o quizás sea una princesa encerrada en un castillo.

La cuestión es que muchos de nosotros suponemos que el amor de nuestra vida vendrá a nosotros después de mucho tiempo, después de miles de lágrimas y conversaciones a solas con el espejo. Sin embargo, hoy les contaré una historia quizás un poco extraña, corta, pero muy triste.

Conocí al amor de mi vida cuando solo tenía 5 años de edad. Vivía a un par de cuadras de mi casa, su nombre era Frida.

La conocí quizás por accidente. La primera vez que la vi pasó desapercibida. Yo era el mejor amiga de su hermana, nos conocíamos desde el jardín de infancia y pasábamos casi todas las tardes juntos.

Pasaron los años y debido al trabajo de su madre, se vieron obligados a trasladarse a otra ciudad. Una no muy lejana, pero bastante costosa para vivir.
Volvieron años después, mi mejor amiga tenía 16 años, yo 15 y ella 14.

Volvió como una persona totalmente diferente, de ser la chica invisible y timida que conocí, pasó a ser  la chica, una con mucha personalidad y carisma. La conexión que sentimos fue inmediata, me encantó, le encanté. Nos encantamos

Pasamos casi todas las tardes juntos, hablando de todo y a la vez de nada. Finalmente, una noche de año nuevo, le confesé mi amor, mi ilógico, tonto y estúpido amor. Fui correspondido. Ella también me amaba, de la misma manera y quizás incluso con la misma intensidad.

El año pasó y nuestra inocencia se fue con él.

Sólo tenía 17 años, pero ya había conseguido todo lo que quería en este mundo. Todso mis sueños, todos mis anhelos, todas mis metas, todas mis esperanzas. Todas saciadas en una misma noche y dejando lugar a un nuevo y único motivo para vivir: Hacerla feliz.

Nuestro amor era algo inconprensible, fuera de este mundo, sólo podía vivir en las sombras, ser un rumor en las paredes, un secreto de los pasillos. Solo la complicidad de la noche y la pesada agenda de sus padres podía dar paso a tan profundo amor. Era todo tan hermoso, tan poético. Todo hasta que su hermana nos descubrió amándonos bajo las sábanas.

Su padre me golpeó tan fuerte que me rompió dos costillas, unn ojo inflamado y vomité sangré durante un par de horas. Nunca supe si a ella también la golpeó, pero imagino que sí.
Al llegar a casa, no se me recibió con fomentos, medicamento o atención médica, por el contraio, recibí un par de golpes de mi madre y la gran promesa de no volver a verla nunca más. Promesa que al día de hoy sigue vigente y en vigor.

Mi mejor amiga dejó de hablarme y mi chica se mudó de nuevo. Ingresó a una escuela privada de tiempo completo, con la supervisión constante (por la orden de sus padres)de una academia militar. Todas nuestras líneas de comunicación se apagaron.

El primer año fue muy díficil, lo pasé solo, lejos de la persona que amo y con todos los dedos de nuestras familias apuntandome constantemente. Hoy hace ya 5 años que dejé de verla. Las canciones que escuchabamos juntos en la radio ya pasaron de moda, las pelicúlas que prometimos ir a ver juntos se cancelaron o fueron tundidas por la crítica, los conciertos, festivales, fiestas, todos nuestros planes a corto y mediano plazo se cayeron uno a uno y el uno no estuvo para el otro.
 Incluso conocí una chica en el camino, una que nunca amaré como le he amado a ella. Me tranquilizaba pensar que en su encierro, quizá ella había encontrado a alguien que paliara su sufrimiento, soledad y tristeza, un chico que la amara tanto como yo, pero que su amor no fuera prohibido.
La vida ha seguido y más tarde que temprano me "resigné" a vivir sin sus besos, sin sus caricias, sin sus mimos y la forma en que calmaba a mis demonios. Todo hasta que, en septiembre del año pasado llegó el siguiente correo electrónico a mi cuenta:

"Cariño, estoy muy segura de que me echas de menos, lo sé porque yo también lo hago, espero que veas este mensaje y entiendas lo mucho que te quiero y las ganas que tengo de verte. ¿Recuerdas que dijiste que nos escaparíamos en cuanto tuviéramos la oportunidad?... Ya tengo la mitad del dinero, consigue la otra mitad y hazmelo llegar a la siguiente dirección: ...

Firma: F. M."

Este ha sido un año de logros para mí, mis padres creen que tengo hambre de éxito. Tengo un buen trabajo y he montado un par de negocios alos cuales les está yendo muy bien, uno es una panadería y el otro una pequeña tienda de zapatos en el centro de la ciudad. Estoy buscando abrir un restaurante en un barrio de alta clase, por lo que los últimos meses me he obligado a trabajar turnos extras, vender todas mis posesiones dispensables y reducir al máximo mis gastos. Todos creen que tengo una nueva visión de la vida que he sabido aprovechar las oportunidades, que me he convertido en un hombre de bien y que todo lo que hago es para mejorar mi vida y la de los que amo. Oh madre, qué pensarías de mí si supieras que estoy recaudando dinero para huir a Francia con mi prima...

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