¿¡BAKUGOU TIENE NOVIO!? [Finalizada]

13

Katsuki vió todo en cámara lenta, Izuku corriendo a el con una rapidez tan lenta que lo desesperó, las miradas de todos puestas en ellos dos.

Izuku despertó agitado, no podía cerrar ni un ojo sin que el fastidioso rostro de Shoto apareciera entre sus sueños, se sentó con lentitud en la cama, estaba mareado y sediento, pero la pena de estar en casa ajena no le permitió levantarse e ir por agua.

Miró la hora en el reloj de pared — seis y media, creo que ya debe de haber alguien despierto — habló a la oscuridad, que ahora comenzaba a aclararse.
Se levantó con toda la pereza y fue directo al baño.

Unos treinta minutos se tardó en total, al momento de bajar, Shinso tomaba tranquilo su taza de café.

— Buenos días — habló, quedándose parado en el último escalón de aquella escalera de madera vieja ya.

— Ya sé quién eres, fuiste secuestrado hace unos meses, ¿Eres la pareja de ese cantante?, Cómo era... ¿Zero? — directo como siempre Shinso.

Izuku se descolocó un momento, pero de inmediato se acercó a la mesa — ¿Puedes llevarme con él?, Por favor te lo ruego — la desesperación se acumuló en su pecho, sentía las piernas dormidas.

— Oye, tranquilizate — con precaución Shinso ayudó al pecoso a sentarse antes de que pierda la fuerza en sus piernas — Claro que puedo llevarte con él, pero ni siquiera sé de dónde es, y estoy muy seguro que vive bastante lejos de aquí. Pero necesito que me digas lo posible para ir a hablar con la policía. Por favor.

Izuku tragó, bajó la mirada un momento, ellos los habían ayudado demasiado, les habían dado de comer sin quejas y les dieron todas las comodidades, — Yo... Si, te diré todo lo que recuerdo — ya era hora de volver, Shinso y Monoma debían de tener su propia privacidad.

Tan solo dos días después, Katsuki se levantó alertado por las sirenas de la Policía, el perro ladraba y arañaba la puerta, como si algo o alguien estuviera allí.

Vió a sus amigos en shock. Vió todo en cámara lenta, Izuku corriendo a el con una rapidez tan lenta que lo desesperó, las miradas de todos puestas en ellos dos.

Sintió el pequeño cuerpo chocar con el suyo, y reaccionó, Izuku, su deku estaba ahí, y no era un sueño. Lo abrazó firme y suave, cayó de espaldas con el chico en brazos, ninguno decía nada, ahora ya estaba devuelta en uno con el otro, nada importaba ya.

Las lágrimas no se tardaron en aparecer, silenciosas y aliviadas lágrimas.