Into The Woods

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INTO THE WOODS





















« 𝐸𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑝𝑎𝑔𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑛𝑖𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎.
𝑆𝑒𝑎 𝑗𝑢𝑠𝑡𝑎 𝑜 𝑖𝑛𝑗𝑢𝑠𝑡𝑎,
𝐸𝑠 𝑒𝑙 𝑝𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑒 𝑡𝑜𝑐𝑎 𝑝𝑎𝑔𝑎𝑟. »








     Hay una historia, una leyenda oscura, que se ha transmitido de generación en generación en las culturas algonquinas. Dicen que había un cazador que se perdió en el bosque... en el más crudo invierno, cuando los vientos fríos y cortantes parece que van a resquebrajar tu piel y el hambre apuñala tu estómago hasta el más mísero dolor, cuando no queda más que la soledad para acompañarte. Y en la más terribles de las desesperaciones recurrió al mayor tabú, ese que con solo mencionarlo debería revolverte el estómago y paralizar tu sangre en las venas. El cazador, antes de renunciar y aceptar su suerte, entregándose a los brazos de la vieja muerte, decidió consumir la carne de otros seres humanos. Y por éste hecho fue castigado, y vaga, vaga aún entre los bosques, perdido como un alma errante y malévola, pero esa no es toda la historia...

     Hay más, un relato terriblemente cruel. Cuentan que el cazador no se perdió en el bosque, no al principio al menos. El hombre fue traicionado por la mujer que amaba entonces el peor de los males se adueñó de su ser, un sentimiento oscuro, y la rabia le hizo tomar venganza matando a la mujer. De la carne extrajo su aún ardiente corazón y lo devoró, y desde entonces quedó maldito y se convirtió en un monstruo, la misma encarnación del mal, la ira, la gula y el rencor. Ahora permanece atado a aquel lugar, perdido en el bosque, lo convierte en un lugar maldito del que no puedes escapar, donde te acecha en la oscuridad.

     Dicen que este ente es la encarnación del frío, del invierno y de la hambruna y a su aparición siempre le siguen éstos males. Dicen que allá dónde él va, la gente se corrompe, que su influencia provoca asesinatos, codicia insaciable y canibalismo, debido a su gran poder espiritual. Que pudre el corazón de las personas y éstas son dominadas por su protervia.

     A éste ser se le conoce por los pueblos algonquinos como wendigo, y la creencia extendida entre estos es que las personas pueden llegar a convertirse en una de éstas criaturas malignas. Algunos dicen que recurrir al canibalismo, aún cuando es la última alternativa, te maldice y te convierte en uno, que debes recurrir al suicidio o resignarte a morir de inanición antes que permitir que su mal te posea. Los wendigos se ven impulsados por un hambre atroz por la carne humana, pero nunca se sacian, arrebatarían vida tras vida, consumiendo la sangre y las vísceras hasta de sus seres amados antes que sentirse saciados. Son la codicia, son la gula, la rabia, la venganza y el rencor, y como sucede con estos sentimientos, cuando cedes a ellos, nunca alcanzas el fondo, nunca satisfaces el hambre en tu ser. Consumen y consumen, todo a su paso, como fuego descontrolado, como tormenta de invierno, destruyéndolo todo pero nunca apagando su terrible e indómito deseo. Dicen que cuantas más víctimas devoran, más grande se hace la grotesca criatura. También dicen, que no solo se convierte en wendigo la persona que come la carne humana, sino aquella débil de corazón, que queda vulnerable en sueños, y entonces sueña con la criatura y queda poseída por su mal, su alma se vuelve corrupta e impulsada por el Manitu, el gran espíritu, que representa la desdicha, actúa dejándose llevar por hórridos impulsos y sombríos sentimientos, que asesina y destruye, no habiendo realmente lógica en sus actos por culpa de ésta posesión que le aqueja.

     A veces puedes sentir la presencia del wendigo entre los tenebrosos bosques, como un viento frío que mece las copas de los árboles, a veces como una presencia que te sigue pero que desaparece cada vez que te giras a mirar. Cuentan que a éste espíritu le gusta perturbar a los que se adentran en las arboledas, que los acosan y despistan para hacer que se pierdan en el espesor del bosque, o qué huyendo de la presencia caen por un barranco y pierden la vida tras agonizar tremendamente. En ocasiones es simplemente es una gran ventisca de invierno que aúlla en la noche.

Moral Panic |I The Last Of UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora