Don't go out the bathroom door - Part I

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     ──Mamá... ¡Mamá! ──bravó una niña dulce, risueña y con sus cabellos castaños cayendo hasta sus hombros.
     Su madre acudió de inmediato.
     ──¿Que sucede hija? ──pregunta colocando su mano en su mejilla, luego en su frente para ver si no se trataba de fiebre.
Neumonia” habia dicho el doctor. La verdad, sí se había asustado bastante, especialmente porque iban a estar unos cuantos días solas en casa, pero por suerte el tratamiento había ido bien y ahora le preparaba algunos purés para que recuperara fuerzas. El frío había golpeado fuerte a su hija, demasiado, de pronto se había percatado hace unos días mientras preparaba el almuerzo que su niña estaba descalza y en pijama sobre la pulcra y blanca nieve. Obviamente corrió hasta ella para tomarla en brazos y traerla de nuevo a cada.
     Ellie, de unos ocho añitos recien cumplidos levantó el dedo y apuntó a la puerta del armario, que estaba un poco abierta.
     ──Ahí... ──masculló tenebrosamente── hay algo.
     Ana Williams desvió la mirada hacia el armario. No había nada, claro está "delirio de niños" Pensó y miró candidamente a su pequeña. Se puso de pie y caminó hasta la puerta pequeña del almanaque y dijo──: ¿Aquí? ──La niña asintió repetidas veces. Ana abrió de par en par la puerta y por supuesto, "delirio de niños".
     ──No hay nada cariño. Oh... no me vas a decir que luego de esto sigues teniendo miedo.
     La castaña asintió.
     ──Bien, entonces vamos a orar por eso. ──cerró la puerta del armario y se dirigió a la cama de su niña, se puso en cuclillas y luego se arrodillo, puso las manos juntas frente a su hija──. ¿Como es, Ellie?
     La niña seguía mirando hacia el armario, temblaba, como si hubiera un monstruo susurrandole que cuando se marchara la mujer, se la deboraria entera, hasta los huesos.
     ──Cariño, ahí no hay nada ──insistió tomando sus diminutas manos y entrelazando sus dedos con los de ella──, vamos pequeña, tu eres más fuerte que esto. Pídele al padre que te proteja.
     Con un hilo de voz enredandose en su garganta Ellie empezó a hablar:
     ──Padre nuestro, que estas en los cielos...
     ──Santificado sea tu reino──completó Ana.
     ──Hágase tu voluntad,
     ──En la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. ──Le besó las manos a su hija──. Siempre que tengas miedo, hija mía, pídele ayuda a Dios que te libere del yugo de los monstruos susurrantes.
     Su hija asintió de manera enternecedora.
     ──Eres muy fuerte Ellie, eres luz cariño. Ahora duerme.

     Antes de irse encendió la lamparita de dinosaurio en su mesita de noche, le dio un beso en la cabeza a su hija y se fue por la puerta, dejándola un poco abierta para que la luz de la cocina -que siempre dejaba prendida-, ilumine un poco más la habitación.

     Ellie se quedó mirando al armario. Se tapó hasta la cabeza, en posición fetal, tapó sus oídos y así finalmente pudo dormir.
  
   
     
    
     
     












     
Part I:
THE NAMELESS
     
     
  
    
    
    
 













Moral Panic |I The Last Of UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora