Capítulo 9

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Kira

Abro los ojos asustada por la pesadilla. Aun puedo escuchar los gritos y las risas de fondo. Siento como los brazos de Will me aprietan un poco más fuerte y recupero el aire poco a poco. Consigo tranquilizar mi ritmo cardíaco y olvidar los últimos resquicios de la pesadilla. En algín momento de la noche Will me ha rodeado con sus brazos y lo he terminado usando de almohada. Sonrío y con mucho cuidado intento salir de la cama. Me muevo delicadamente pero el simple hecho de mover la pierna ya hace que se despierte.

- Buenos días - susurro sentándome por completo.

- Buenos días - dice él mientras se despereza.

Me río ante su pelo desordenado, cualquiera pensaría que ha dormido con un nido de pájaros en la cabeza. Gateo en la cama hasta sentarme a su lado y le intento acomodar el pelo pasándole los dedos, pero nada más quitarlos se vuelven a parar. Ambos nos reímos y Will me vuelve a tumbar en la cama girándome hasta que quedamos frente a frente. Suelto un suspiro y me aparto mientras escucho como la puerta se abre de golpe y Diana entra corriendo. Salta en la cama y empieza a contarnos las miles de cosas que podemos hacer la próxima vez que salgamos.

Will

Han pasado varias semanas y las cosas no han hecho más que mejorar. Kira recuerda varias cosas por ella sola pero en muchas ocasiones me ha preguntado si un recuerdo es real o no. Hay uno en particular en el que tenía muchas dudas pero no estaba segura si lo podría resolver.

- No sé si es cierto - dijo sentada a mi lado en un sofá - Pero parece tan real.

- ¿Qué es? - le pregunte mientras le acariciaba el pelo.

- Recuerdo un cumpleaños, el primero sin la abuela. Estaba triste porque el abuelo estaba triste, le veía limpiarse las lágrimas todo el rato. Cuando la fiesta se acabó, se acercó y me tendió una cajita - explica mientras se acaricia el colgante inconscientemente - Era el colgante. Me dijo que le había pertenecido a mi abuela, quien fue su luz durante todo el tiempo que estuvieron casados, pero que desde que nací yo era su luz.

- Es cierto - susurre mientras le apartaba un mechón y se lo ponía detrás de la oreja - Me lo contó tu abuelo una de las primeras veces en las que hablamos. Aunque literalmente eres su luz. Solía decirte "Mi Kira, mi luz" porque tu nombre significa luz. Viene del ruso. Me contó que cuando naciste trajiste luz a su casa y que no podías tener otro nombre que Kira. - miré hacia abajo y vi lágrimas en sus ojos - Ey, no llores.

- Estoy bien - susurró apartando una lágrima que se había escapado.

- A lo mejor te haría bien verlo - intenté animarla aunque aun no le he dicho lo mal que se encuentra el hombre

- No - dijo determinada. - Cuando lo vea, recordaré todo y seré la nieta que el quería. No puedo volver aun.

No insití más, pero temo que el tiempo se me acabe. Por lo demás todo ha ido mejorando. Las salidas nocturnas que hacen vigilando aun me ponen nervioso, pero como Allen me confirmó nada malo puede salir ya que desde que regresaron tienen mucho más cuidado. Yo he seguido tomando las clases que me da Carlos de defensa y tengo que admitir que no he menorado tanto como quisiera, pero por lo menos ya no me derriba en menos de cinco minutos. También he seguido con mi vida normal, siempre cuidadoso con lo que pasa a mi alrededor. En la editorial he conseguido convencerlos de que no voy a escribir sobre lo que pasó Kira, a cambio de escribir sobre las aventuras de una chica que sobrevive como puede en un mundo lleno de injusticias. Kira sigue siendo mi inspiración. Algo que no ha mejorado es la relación entre Kevin y yo. Sigue sin soportar estar en la misma habitación que yo y, la verdad, yo tampoco he hecho mucho para aligerar la tensión. Entre Kira y él no se hablan, algo pasó entre ellos aquel día pero ninguno de ellos ha dado explicación a los demás. Lo dejo ir, lo único que me importa es Kira.

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