Capítulo 20

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N.A.

Aviso que además de este capítulo solo queda otro además del epílogo. Aprovecho para dar las gracias a todos los que leen esta historia y sobre todo a aquellos que desde el minuto uno la han seguido y me han, prácticamente, obligado a escribir lo que seguía.

Gracias

Vuelvo a oír la puerta y después unos pequeños pasos hasta que se acercan a mi cama. Mi cama se hunde por un pequeño peso y siento una manita en mi hombro.

- Kira - me llama Diana. - Dice Raquel que tienes que comer.

Escucho las palabras que suenan como eco en mi mente. Mi cerebro casi no procesa el ruido a mi alrededor. El dolor es demasiado fuerte en estos momentos y ahoga todo lo demás. Diana suspira frustrada pero no sé que esperaban. Llevamos con la misma rutina tres días y no tengo pensado cambiarla, dolería demasiado. Ya duele demasiado. Me encuentro tumbada sujetándome las rodillas contra el pecho, la misma posición en la que me dejó Allen hace tres días, sin hablar o comer algo. Creo que por momentos me quedo dormida pero no sabría como saberlo exactamente porque todo mi cuerpo tiene un dolor sordo con el que me estoy familiarizando.

- Voy a hablar con mi papá - dice Diana con otro suspiro.

Espero pacientemente por que el pequeño peso salga de mi cama como de costumbre. Sin embargo, unos bracitos me rodean como pueden y siento un beso en mi pelo.

- Yo también lo echo de menos - susurra antes de darme otro beso e irse.

Una presa se abre en mí y las lágrimas que ya creía desaparecidas reaparecen cayendo silenciosamente por mi mejilla. Mi cuerpo tiembla con pequeños espasmos e intento hacerme mas pequeña. Cuanto mas pequeña sea menos dolor habrá.

No sé cuanto tiempo pasa hasta que vuelve a abrirse la puerta. Oigo de nuevo los pasos pero esta vez mucho mas pesados acompañados de un gran suspiro que denota preocupación y cansancio. Al parecer no he sido la única que ha perdido la vitalidad. Una gran mano se apoya en mi hombro y lo menea hasta que se da cuenta que en ningún momento he estado dormida.

- Kira - susurra Allen en mi oído. - Tienes que ducharte y luego bajar a comer.

No digo nada y vuelve a soltar otro suspiro antes de tirar de mí hacia atrás.

- No me dejas otra opción. - me levanta en el aire para luego ponerme su hombro mientras yo protesto con las pocas fuerzas que me quedan - Él no querría que estuvieras así. Joder, se que duele, yo también lo he vivido en primera persona, pero tienes que seguir viviendo. Ya no por ti sino por él.

Se mete en el baño conmigo a cuestas para luego dejarme de pie en el plato de la ducha y encender el chorro a toda potencia. Pego un grito cuando el agua congelada cae sobre mí pegando mi ropa sucia a mi piel. Allen gradúa el agua y luego cierra la mampara.

- Dúchate y le diré a Raquel que te traiga ropa. Luego iras a comer con todos.

- No me queda nada - murmuro tan bajo que él no me entiende y me pide que se lo repita - No me queda nada, tú tenías un motivo para vivir. Tenías a Diana. Yo no tengo nada.

- Tienes una familia que te quiere y te necesita - responde tras unos segundos de pausa - Nosotros te necesitamos.

Sus palabras vuelven a romperle y caigo de rodillas en el suelo de la ducha mientras me sujeto para no esparcirme en pedazos. Lloro con grandes sollozos.

- Déjalo salir. No te guardes nada. Luego te levantas y sales con ganas de seguir viviendo. - susurra y escucho la tristeza en su tono de voz. - Te estaré esperando fuera.

Te EncontraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora