N.A
Primero, a partir de ahora las partes narradas por Kira solo las voy a nombrar como Kira en vez de como Sol o Sol/Kira como he hecho antes. Espero que no os confuda mucho.
Segundo, voy a dedicar este capítulo a mi amiga Pili. Aunque no sepas escribir mis apellidos bien después de trece años te aprecio mucho. Aprecio que estes leyendo esta historia y que me envíes mensajes exigiendo la continuación. Así que, aquí está. Gracias.
Will
En algún momento me he quedado dormido pero mi cerebro no ha desconectado por completo. Me levanto con el ruido de las mantas rozándose entre ellas. Me enderezo rápidamente y siento un latigazo en el cuello pero me da igual. Me acerco hasta la cama donde poco a poco Kira está recuperando el conocimiento. Le quito las mantas de encima al ver que está sudando y luego intento mantenerla quieta mientras se retuerce.
- Tranquila - susurro mientras la sujeto por los hombros.
Toma una inspiración y luego se levanta rápidamente y prácticamente chocando conmigo. Toma respiraciones cortas y rápidas mientras sus ojos se vuelven a enfocar de nuevo. Mira de un lado a otro hasta que me ve. El terror recorre mi espina dorsal mientras la idea de que se haya vuelto a olvidar de mí se asienta en mi cabeza. Ha recibido un golpe en la cabeza, ¿y si le ha vuelto a borrar la memoria? La estudio mientras ella me mira atentamente la cara y luego bajando la mirada. Después hace algo que no esperaba por nada del mundo. Me abraza.
- Estás bien - susurra tras soltar un pequeño quejido al lanzarse sobre mí.
- Sí, estoy bien - respondo mientras la abrazo más fuerte contra mí - ¿cómo te sientes tú?
- Un poco adolorida - responde y cuando me intento alejar me aprieta un poco más fuerte antes de soltarse de nuevo por completo.
- Espera - digo mientras acomodo unas almohadas contra la pared y cuando consigo que queden como quiero la obligo a recostarse contra ellas - Así mejor.
- Gracias, por salvarme la vida.
- Tú me la salvaste primero y otras dos veces antes. - respondo con una pequeña sonrisa que ella imita - Deberías cambiarte la ropa.
- ¿Qué? - dice ella un poco desconcertada
- Está bastante manchada de sangre - señalo hacia ella e inmediatamente ella dirige su mirada a sus vestimentas.
- Oh - responde tras mirar hacia abajo - No tengo nada que ponerme
- ¿Qué tal si meto tu ropa a la lavadora y por mientras te pones algo mío? - digo antes de medir mis palabras. Me mira de manera extraña y rápidamente añado - Claro, hasta que tu ropa esté limpia y seca y te la puedas poner de nuevo.
- Es una buena idea - responde mientras inenta salir con cuidado de la cama.
- Tómatelo con calma - le digo mientras me dirijo al armario de donde saco una de mis camisetas de manga corta y uno de mis pantalones de chandal. Me doy la vuelta y las dejo en la cama mientras ella me mira atentamente - Esperaré fuera.
Salgo de la habitación rápidamente bastante avergonzado mientras ella murmura un gracias casi inaudible. Pasan unos pocos segundos hasta que escucho un gemido de dolor y me pongo alerta.
- ¿Estás bien? - pregunto a través de la puerta
- La verdad es que no - llega su respuesta un poco amortiguada. - Necesito tu ayuda. ¿Puedes entrar?
- Claro - respondo abriendo la puerta y entrando lentamente. Miro hacia arriba y veo que aun sigue con toda la ropa puesta.
- No puedo quitarme la ropa sin que no me duela. - masculla un tanto avergonzada. - Todo mi lado derecho duele. ¿Puedes ayudarme?
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Te Encontraré
PertualanganHan pasado cinco años. Cinco años intentado recuperar sus recuerdos, pero eso ha sido imposible. Sol en cinco años no ha recordado nada aun. Las mismas preguntas le siguen rondando. ¿Qué pasó? ¿De dónde viene? Y, las más importante, ¿quién era? Han...