Capítulo 17

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Will

Allen se despide de Raquel con un beso en la frente y luego le da otro a Diana. Antes Carlos había besado a Paula y la había ayudado a subirse en el taxi. Raquel monta con Diana en su regazo y luego Allen cierra la puerta. Dios sabe que nos estamos arriesgando y las chicas no se iban a quedar atrás, en el complejo, por si acaso. Incluso tienen el dinero y pasaporte falsos y, en caso de que no tengan noticias de nosotros para ese momento, mañana estarán embarcando en el último avión con destino a Bruselas.

Cuando el taxi desaparece en la esquina en su camino al hotel, nosotros nos metemos en el coche que hemos traído. Allen conduce en silencio hasta el Retiro aparcando en una de las calles más cercanas. Llegamos a paso normal hasta el punto de encuentro y cuando miro mi reloj veo que son las diez menos cinco. Miro por los alrededores desesperado intentando localizar a los hombres de Kurz hasta que siento una mano en mi hombro.

- Tranquilo - susurra Carlos

- No me puedes pedir que esté tranquilo cuando la vida de Kira está en sus manos. ¿Qué si es una trampa? ¿Qué si en ningún momento han pensado en devolverla?

- No puedes ponerte así en estos momentos - dice Allen poniéndose a mi otro lado - Ahora mismo necesitas pensar con claridad. Por Kira.

- No me lo puedo creer - masculla Carlos mirando hacia una de las entradas a la pequeña plaza y cerrando los puños fuertemente.

Allen y yo nos giramos para ver que ha alterado de este modo a Carlos y ambos nos sorprendemos. Allen ha empalidecido dos o tres tonos en cuestión de cinco segundos, y yo tengo la mandíbula suelta.

- Cualquiera diría que han visto un fantasma - se burla uno de los hombres.

- ¿Qué demonios Kevin? - murmura Carlos acercándose un paso y con un tono amenazador.

- Creo que todos tenemos que tranquilizarnos un poco - dice de nuevo el otro hombre - Y Kurz nos espera. No le gusta esperar mucho, pero bueno está ahora con vuestra chica. Así que supongo que tampoco querrá que le interrumpamos antes de tiempo.

Doy un paso hacia delante con el puño preparado para reventarle la cara a este capullo con acento falso.

- Tienes que calmarte - susurra Allen empujándome hacia atrás - Todo lo que hagas le repercutirá a Kira.

- Deja que el amoroso ataque - se burla de nuevo el hombre.

- Ya basta - habla por primera vez Kevin - Vamos, no hay tiempo que perder.

Kevin se da la vuelta y se dirige a la salida del parque. Los tres lo seguimos con el otro hombre en la retaguardia. Se nota lo tensos que estamos por nuestras posturas y sé que todos estamos incómodos. Bueno, todos salvo el hombre que está a mis espaldas diciendo todo lo que pueden estar haciendo con Kira en estos momentos. Me cuesta mucho contenerme de girarme y golpearle la mandíbula hasta rompérsela para que nunca en la vida vuelva a hablar. Kevin lo manda a callar más de una vez pero el hombre continua hasta que llegamos a un coche bastante amplio por dentro. Primero obligan a entrar a Allen mientras le revisan disimuladamente que no lleve armas. Mientras el otro chico revisa a Carlos, Kevin se acerca a mí y hace lo mismo conmigo.

- Ella está bien - susurra quitando un poco de preocupación.

Luego me hace montar en el coche y el otro hombre conduce hacia donde se encuentra Kira. Al menos, eso espero.

Kira

Vuelvo a escuchar el cerrojo de la puerta y está vez ni me molesto en levantar la vista del suelo.

- ¿Has vuelto tan pronto, Kevin? ¿Es que acaso estos alemanes son tan sosos que ni siquiera te dan temas de conversación y vienes aquí mendigando por un poco de charla simple?

Te EncontraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora