Algo inesperado...

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CAPÍTULO 14

Alexandro decía la verdad, su departamento estaba cerca de donde se encontraban así que no les llevó mucho tiempo llegar, entraron al estacionamiento y bajaron del auto para dirigirse al cuarto principal. Luna se sorprendió al ver la casa de Alexandro, era grande, lujosa y muy bonita. Desde la puerta principal se podía observar unos sillones los cuales estaban a mitad de la sala y al centro había una mesa de cristal. Frente a los sillones se encontraba una pantalla plana. Luna miro hacía la izquierda y pudo notar parte de la cocina, la cual se notaba que era grande. Así también pudo ver qué en el fondo había una puerta cerrada, probablemente era otro cuarto, tal vez una bodega o un cuarto de invitados. Al lado de esa puerta comenzaba una escalera la cual seguía unos cuantos escalones de frente y luego giraba a la izquierda. Las paredes eran blancas, habían cuadros, fotografías y reconocimientos colgando de ellas, estaba claro que Alexandro era muy ordenado y aseado para mantener su casa tan limpia y arreglada.

Alexandro: ¿Vas a quedarte ahí toda la noche?

Luna: Perdón, lo que pasa es que, tu casa es muy bonita.

Alexandro: Gracias. Pero deja de estar en la puerta, ahora entra, después tendrás tiempo de ver mi casa con más detalle.

Luna: Está bien.

Alexandro: Ven, sígueme.

Luna: ¿A dónde me llevas?

Alexandro: Cierra la puerta después de entrar.

Luna obedeció y fue siguiendo a Alexandro quien comenzó a subir las escaleras, Luna comenzó a caminar, volvió a mirar los sillones girando su cabeza a la derecha y luego volteo a la izquierda para ver un poco más de la cocina. Continúo rumbo a las escaleras y subió el primer escalón. Alexandro ya había girado a la izquierda así que tenía que subir rápido para alcanzarlo.

Alexandro: Vamos, sube. Si tardas más te puedes enfermar.

Luna: Ya estoy cerca.

Alexandro estaba en el segundo piso, estaba esperando a Luna quien de iba asomando por la escalera.

Luna: ¿Dime para qué tuve que subir?

Alexandro: -Señaló una puerta- Ese es mi cuarto, ahí está el baño, ve a darte una ducha para que no te vayas a enfermar, mientras tanto buscaré ropa para tí.

Luna: ¿Lo dices en serio? ¿Quieres que entre a tu cuarto y que me dé una ducha?

Alexandro: Es exactamente lo que acabo de decir, ¿No fui claro?

Luna: ¿Qué no tienes otro baño? ¿Por qué tiene que ser justamente en tu cuarto?

Alexandro: Normalmente no tengo visitas así que no tenía la necesidad de construir un baño aparte.

Luna: ¿Aún así porque tengo que ducharme?

Alexandro: Bueno si no quieres entonces me ducharé primero, porque no quiero enfermarme y tú solo estás perdiendo el tiempo.

Luna: Está bien, yo iré primero, pero aléjate del baño.

Alexandro: De acuerdo, además ya te dije tengo que buscarte ropa.

Ambos entraron a la habitación, Luna se dirigió al baño el cual estaba a la derecha del cuarto y Alexandro fue hacia la izquierda donde está su cama y su armario. Frente a la puerta, se encuentra un pequeño balcón desde donde puede ver los demás edificios y las calles, ya que el departamento de Alexandro se encuentra en el piso 26 del edificio.
Luna comenzó a ducharse, Alexandro escuchó el sonido del agua cayendo de la regadera, continúo buscando la ropa para ella y cuando encontró todo lo que necesitaba se dirigió al baño. Luna tenía shampoo en el cabello que poco a poco fue cayendo por su rostro haciendo que cerrará los ojos, sin embargo escuchó los pasos de Alexandro y se asustó de que entrará provocando que abriera sus ojos y le entrará el shampoo causándole ardor, haciendo que Luna gritara por la molestia. Mientras tanto, Alexandro se acercó al baño para dejarle una toalla y una bata para que Luna pudiera salir del baño, justamente cuando iba a avisarle que solo dejaría eso y saldría se asustó porque ella dió un grito y sin saber lo que estaba pasando, entro al baño sin pensarlo. Por su parte Luna tuvo que cerrar los ojos nuevamente y con el agua que le caía comenzó a lavar su rostro y al mismo tiempo se cayó el shampoo de su cabello y por estar preocupada por sus ojos no escuchó cuando se abrió la puerta del baño. Alexandro había entrado y vió que no le había pasado nada a Luna sin embargo, en medio de la situación quedó inmóvil al ver a Luna quien se estaba lavando su rostro y al fin abrió los ojos mirando de frente a Alexandro.

Luna (voz molesta): ¡Sal de aquí, te dije que te alejaras del baño! -Ella estaba sonrojada por lo que estaba sucediendo, se sentía tímida pero a su vez estaba enojada-.

Alexandro (voz nerviosa): Lo… lamento… no era mi intención. -Rápidamente salió del baño, cerró la puerta y le dijo que le dejaba la toalla y la bata afuera para que pudiera tomarlas, también le dijo que su ropa estaba sobre la cama-.

Luna no le contestó y Alexandro salió de la habitación, no sabía que pensar, sentía pena, no sabía cómo le explicaría a Luna que todo fue un accidente. Ahora el estar empapado era la menor de sus preocupaciones.

Luna terminó de ducharse, salió del baño y tomó la toalla para secar su cuerpo luego tomó la bata y se la pudo para salir a la habitación. Una vez ahí se dirigió hacia la cama donde se supone que estaba la ropa de ella pero era ropa de Alexandro. Al ver eso decidió gritar su nombre para preguntarle en dónde estaba su ropa.

Alexandro estaba afuera de la habitación así que al escuchar su nombre tocó la puerta y preguntó si podía pasar, Luna le dijo que sí y entró al cuarto.

Luna: Dijiste que mi ropa estaría en la cama pero no hay nada.

Alexandro: -estaba mirando hacía otro lado, no quería ver directamente a Luna- Si, tu ropa está ahí en la cama. Es ropa que utilizó como pijama ya que es más que obvio que no tengo ropa de mujer.

Luna: ¿Entonces quieres que me ponga tu ropa?

Alexandro: Perdón, pero no pensé en esto, simplemente no quería que te fueras a enfermar por tener tu ropa mojada.

Luna: Por eso era más fácil que me llevarás a mi casa ya que ahí tengo mi ropa. ¡To-da-mi-ro-pa!

Alexandro: No te enojes, ya te pedí disculpas.

Luna: ¿Y lo de hace un momento? ¿Cuál es tu explicación de que hayas entrado al baño?

Alexandro: Lo que pasa es que gritaste y me asusté, creí que te había pasado algo por eso entré.

Luna: ¿Como no voy a gritar luego de que me haya entrado shampoo en los ojos?

Alexandro: Pero yo no sabía que solo era eso.

Luna: Pues ahora lo sabes y si me pasó eso también fue tu culpa porque escuché tus pasos y al moverme el shampoo cayó en mis ojos.

Alexandro: Perdón.

Luna: Ya olvídalo y mejor déjame sola que tengo que cambiarme.

Alexandro: Iré a ducharme.

Luna: Está bien.

Es un placer conocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora