Empatía parte 2

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CAPÍTULO 7

Llegaron a un restaurante, ambos pidieron el plato principal (filete de pollo acompañado con arroz y ensalada) Luna pidió un café mientras que Alexandro encargó un jugo de naranja. Los dos comenzaron a desayunar y mientras lo hacían iniciaron a platicar.

Luna: ¿Así que su papá es el director del hospital?

Alexandro: Sí.

Luna: Pues su papá no parece ser tan amargado como usted.

Alexandro: El hecho de que sea su hijo no significa que sea igual que él.

Luna: Lo digo de broma, ya ve que si es un amargado, debería de tener más sentido del humor.

Alexandro: Tengo sentido del humor y no soy un amargado solamente que en el trabajo tengo que estar centrado a lo que me dedico.

Luna: Pues ahora no estamos trabajando.

Alexandro: Podrías desayunar en silencio.

Luna: Está bien cambiemos de tema, mejor cuénteme cómo ha sido su vida.

Alexandro: No creas que no me doy cuenta de lo que haces.

Luna: ¿Ahora de qué está hablando?

Alexandro: Sé que estás estudiando psicología y mi padre aceptó que tú hagas tu pasantía en nuestro hospital por esa simple razón, además, te asignó al área de cardiología para que puedas estar al pendiente de mí y así tengas más información sobre mí y puedas atenderme.

Luna quedó sorprendida y confundida por lo que estaba escuchando, aunque lo que decía Alexandro tenía sentido.

Luna: ¿Entonces seré su… psicóloga?

Alexandro: Ahora dirás que no sabes nada de lo que te estoy hablando.

Luna: En realidad no, de hecho también tenía mis dudas de porque fui asignada al área de cardiología y puedes preguntarle a Diana, es más, apenas hoy me enteré de que su padre es el director.

Alexandro había hablado de más, se quedó en silencio por unos segundos, no sabía si creerle a Luna o seguir con su teoría.

Luna: ¿Esa es la razón por la cual no te agrado? ¿Por qué piensas que estoy contratada por tu papá y que debo de cuidarte?

Alexandro: En realidad no me agradas porque eres fastidiosa y lo de mi papá solo son suposiciones mías.

Luna: Aquí vamos de nuevo, pensé que podríamos llevarnos bien pero veo que no.

Alexandro: Lo dice la que piensa que soy gruñón, amargado y engreído.

Luna: Pues así es usted.

Alexandro: Ya ves, sí tú puedes pensar eso de mí y no agradarte entonces yo tengo derecho a que tampoco me agrades.

Luna: En verdad debe ir con un psicólogo, se da cuenta de que volvimos al inicio, ni usted ni yo nos caemos del todo bien, así que esta discusión solo reafirmó lo que ya sabíamos.

Alexandro: Mejor termina tu desayuno, se nos hace tarde para ir al hospital.

Los dos guardaron silencio hasta que terminaron de desayunar.  Alexandro pidió la cuenta el mesero se acercó y les dijo la cantidad que debían de pagar por todo

Alexandro: El mesero se confundió, deberían ser cuentas individuales.

Cuando Luna escuchó eso se molestó con él y le reclamó.

Luna: ¿Cómo que cuentas individuales? Aceptó invitarme a desayunar.

Alexandro: Estás equivocada, en ningún momento dije que yo te invitaría.

Luna: Claro que sí, cuando estábamos en tu auto se lo dije y usted aceptó.

Alexandro: ¿Estás segura de eso?

Luna: ¡sí!

Alexandro: Tú me dijiste que te trajera a desayunar y eso hice, en ningún momento me dijiste que te invitara.

Luna (nerviosa): Eeeh… pero… esto no es justo.

Alexandro: No veo cuál sea el problema.

Luna: Está bien, pagaré lo que desayuné y usted pagará por aparte.

Alexandro llamó al mesero nuevamente y pagó la cuenta de los dos.

Luna: Dijo que pagaríamos por separado.

Alexandro: Sí pero yo pagaré y te lo descontaré de tu sueldo.

Luna le sacó la lengua a Alexandro, a lo que él simplemente la ignoró. Ambos volvieron al auto y se dirigieron al hospital. Todo el camino estuvieron en silencio hasta que llegaron a su destino.

Alexandro: Listo ya puedes bajar.

Luna: Gracias por traerme en su auto y por el desayuno. Creo que ahora sí es un buen comienzo entre usted y yo para llevarnos bien.

Alexandro: Sí lo que digas.

Luna: Aash con usted no se puede razonar una tratando de darle un cumplido y usted se pone en ese plan.

Alexandro: Una cosa más antes de que te vayas.

Luna: ¿Qué pasa?

Alexandro: Ya que estabas dispuesta a pagar lo que cobra un autobus para venir a trabajar, en lugar de eso pagarás la gasolina de mi auto ya que gaste más de lo que tenía en mente debido a que te lleve a desayunar.

Luna: ¿Es en serio?

Alexandro: Sí.

Luna: Me caes mal.

Alexandro: También te lo descontaré de tu sueldo.

Luna se molestó y bajó del auto, caminó hacia la entrada del hospital lo más rápido que pudo y se alejó de Alexandro quien se quedó en su auto por unos segundos más.

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