Sara desde muy chiquita supo de que ella no era una Humana cualquiera, desde muy chiquita siempre fue un espíritu libre, era muy alegre, positiva, extrovertida y muy suelta, no le gustaba tener ataduras y daba la mejor sonrisa cuando todo era oscuri...
Una hermosa peli roja se encontraba caminando Asia la hermosa entrada de uno de los pasillos sagrados de el templo cuyo Axeso era imposible para cualquier ser vivo que no fuera un Dios.
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Ella se encontraba dirigiéndose a el cuarto central de aquellos dioses que protegían la paz y la armonía que tenían los humanos y así también tratar de proteger la vida de aquellos seres que para los humanos solo eran cuentos ficticios pero de estos salían inmemorables leyendas y secretos los cuales siempre se camuflaban alrededor de las mismas personas asiéndose pasar por un cordero inocente pero debajo de esa melena se encontraba un lobo el cual no tardaría en sacar sus colmillos para saciar su sed de sangre pero los humanos no lo comprenderían.
y mucho menos estaban listos para saberlo
Esta, seguía caminando por los largos y infinitos pasillos que estos llevaban sin sentir el mas mínimo miedo por las raras y exóticas criaturas que rodeaban los pasillos de estos, ella no les tenia miedo, a lo contrario, ella le daba ternura, ver como esos hermosos y mágicos animales jugaban entre si y sus familias se protegían era una vista bastante linda en su opinión.
en un momento de esta extensa caminata paro en seco al toparse con la "cerradura" del templo que custodiaba la entrada de esos templos tan sagrados y al momento de parar dirijo sus ojos a las hermosas piedras celestiales que representaban a los elementos.
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Pero Esta no era una piedra cualquiera, esta era una piedra mágica que protegía todo ese hermoso templo y a sus habitantes de aquellos invasores que trataban de asarles algún daño a los que custodiaban estos templos.
se en peso a dirigir Asia una piedra blanca y al estar ya al frente de esta solo extendió un poco la mano Asia la piedra para así tocarla y al a serlo esta sale una pequeña luz que en peso a extenderse por todo su cuerpo dándole una apariencia majestuosa para así iniciar el "trabajo" como ella le decía.
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