11. viejos aromas

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Después de una buena siesta de 3 minutos, a la cual se sumo cierto delta después de liberarse se un tigre, este te despertó para que tomaras tu pastilla para el dolor.

- ¿qué tal dormiste? -

- muy bien, ya me hacía falta...-

Ambos estaban hechos un desastre de cabellos revueltos y ojos hinchados, cabe destacar que no durmieron agrazados ni nada por el estilo, si bien ahora estaban en etapa de cortejo el delta no se aprovecharía de ello, el quería ir de poco a poco, ganándose tu confianza y afecto.

La etapa de cortejo para los lobos era muy importante y bonita, en esta, el alfa o delta en cuestión, debía de demostrarle a su omega, que le podía ofrecer como pareja, los alfas normalmente se ponían muy acaramelados y territoriales, por decirlo de alguna manera, eran una pareja no oficial, en el cortejo se acostumbraba a que el delta o alfa diera una rosa desde el principio hasta el final del proceso, el omega debía de guardarlas todas, una vez que este decidiera, debía llevarlas con el alfa, si su respuesta era negativa, tiraría las flores al suelo, si era positiva, se las entregaría en la mano.

Cuando era positivo, significa que el omega esta seguro de sus sentimientos, es como una declaración y da paso a que finalmente ambos se unan de todas las maneras posibles, cuando es negativa, el delta o alfa debe de pedir perdón por el tiempo que le hizo perder al omega, después de esto ambos se separan.

En esta etapa los lobos que cortejaban dan lo mejor de si mismo, hay lindos rituales como el mordisqueo, el cual consiste en a modo de juego, los lobos marcan a sus parejas con su aroma en donde sea, brazos, manos, cuello, lo que este al alcance, también debido a las hormonas, los lobos aumentaban masa muscular para impresionar a sus futuras parejas, uno de los rituales más curiosos por no decir que graciosos, es cuando la futura pareja se ve envuelta de mucha gente, lo que provoca que el alfa se estrese y para marcar territorio rodea a su pareja, camina al rededor, en círculos, aunque también se hace si el alfa siente que otro alfa esta robando la atención de su omega.

- oye Rengoku, ¿cuánto tiempo te quedaras? N-no es que te este corriendo, solo me preocupa tu hermano...tengo miedo de que me odie por retenerte aquí...-

- ¿Senjuro? ¡el jamás haría eso! - el delta y tu estaban acostados viendo el techo, eran al rededor de las 6 de la tarde, hacía un poco de frío, seguramente el invierno se acercaba - siempre y cuando tu me lo permitas, me gustaría quedarme...un mes-

- p-puedes quedarte pero, a cambio, traeras a tu hermano, tengo espacio y hay como 3 cuartos libres, ¡seguro puede quedarse en alguno! -

- ¿¡de verdad!? - estaba sorprendido, si bien echaba de menos a su dulce lobito, no quería dejarte sola, verte tan preocupada por alguien tan importante para el, le hacía sentir cálido. - ¡muchas gracias! -

El delta sonrió en grande, debido a que estaba entrando en celo, el tener a quienes más quiere cerca le daba una sensación de paz, curiosamente, al igual que tu, este lobo nunca tuvo esa necesidad infernal de aparearse, le daba un poco de fiebre pero nada fuera de lo común, aunque eso si, se volvía un territorial al 100, muy celoso y sin miedo de mostrar los dientes, al ser delta, un rango mucho más importante que alfa, los alfas le tenían miedo, bajando la cabeza en señal de respeto y incluso algunos mostraban el cuello en señal de sumisión, básicamente ahora tenías a tu lado al mejor guardaespaldas del mundo.

- si quieres podemos ir ya por el, aun hay un poco de luz, puedo pedirle a pato que le avise para que este listo en lo que vamos por el -

- ¡claro! Solo que yo iría, recuerda que aun estás recuperandote, no es buena idea que te muevas mucho-

Hiciste un mojin enfadada, era verdad que no podías ir por el menor, resignada suspiraste para luego llamar a pato, chiflaste fuerte y este llego desde la ventana de tu habitación.

Bajo la luz de la luna. Rengoku X Lectora (Pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora