Bajo la luz de la luna. Rengoku X Lectora (Pausado)

29. sangre de mi sangre

- maldita sea este imbecil de verdad me quiere ver muerta...- respiraste llenando tu cuerpo de valor.

Estabas aterrada, a quien te enfrentabas no era cualquier luna, si nisiquiera los pilares más experimentados han matado a lunas superiores solos.

¿Qué te espera a ti?

- no e venido a pelear...- Aclaró Kokushibo.

- entonces no sé a que mierda has venido, no tengo ganas de ver a supuestos parientes lejanos, odio las reuniones familiares...- sacaste tu katana sin titubear, tu lobo te daba fuerzas sacando ese lado animal tuyo, con los ojos rojos y colmillos brotando caminaste alrededor de Kokushibo cazandolo, no te bias a dejar intimidar, no te dejarías morir, tenías una promesa que cumplir al llegar a casa.

- tendrás mi apellido pero si que eres una tonta - habló como si fuera un dios omnipotente.

Tu no atacarias hasta que el lo hiciera, desde su último encuentro en tus cicatrices quedaron las memorias de su estilo de pelea, el cual más que nada consistía en aguardar por el primer movimiento.

Movimiento que ni loca harías.

- ¿tienes una idea de por que eres una prodigio? ¿Al menos te has cuestionado lo diverso de tu respiración? - habló casi con indignación - te e visto, cada uno de tus movimientos, cuando entrenas, eres gloriosa...-

- no sé de que hablas...-

- Tsugikuni, mi sangre corre por tus venas, se podría decir que soy como un abuelo para ti -

- deja de decir estupideces y pelea maldición...- el estómago se te revolvía de pensarlo, este monstruo frente tuyo, era parte de ti.

- yo soy la razón del por que eres tan buena con la espada, yo soy a quien le debes respeto, aunque también sospecho que mi hermano tuvo algo que ver en esto...- lo último lo murmuró casi rechinando los dientes.

No entendias de que hablaba, ¿que tiene que ver su hermano con tu linaje? Es decir, ¿por qué parecía afectarle tanto?

- si vas a hablar se claro - dejaste esa postura defensiva a un lado, ya que te cansarias y la luna frente a ti no parecía con apetito de pelear.

- antes de ser demonio tuve algunos hijos, prostitutas sin mucha gracia pero que hacían bien su trabajo, omegas insípidas -

Frunciste el ceño fastidiada, odiabas cuando la gente se refería de esta manera a tan vulnerable jerarquía, pero dejaste que siguiera hablando.

El tenía la respuesta que tanto habías estado buscando, no podías desaprovecharlo.

- no le di mucho seguimiento a esas putas, solo recuerdo un par de cartas reclamando por que me hiciera cargo, iba a matar a los bebes pero todos fueron varones y alfas de gran porte, así que les dejé vivir, tampoco significaban mucho ya que nunca se convirtieron en guerreros o cazadores...así pasaron generación tras generaciones, solo hubieron varones, nunca una mujer, hasta que llegaste tu...-

Los ojos de Kokushibo te miraron, en todo este rato que tenía hablando ni siquiera te dirigía la mirada, apretaste el mango de tu katana sudando, tus piernas temblaban pero no desviaste la mirada.

No cederias.

- por eso el apellido nunca se perdió, aunque obviamente contigo lo hará, eh de decir que estoy gratamente sorprendido, eres la única descendiente que conozco que se volvió una cazadora, que incluso tiene parte de mi respiración...-