Bajo la luz de la luna. Rengoku X Lectora (Pausado)

24. tu y yo

El ardiente sol de primavera te despertó de golpe, dejándote mareada y aturdida, tratabas de huir de lo que sea que te sostenía hasta que abriste los ojos, topandote con el rostro dormido de Kyojuro, sus ojos estaban cerrados, sus labios ligeramente abiertos y su ceño parecía apacible.

Lastima que para ti la mañana no estaba resultando tan buen.

- mierda...estoy ardiendo- tocaste tu frente sudada, ardía en temperatura, todo tu cuerpo estaba en llamas, tu vientre se removia dándote demasiado dolor y tus colmillos se encajaban en tus labios, provocando que le lastimaras a ti misma - Kyojuro...Kyojuro despierta por favor...-

Le llamaste débil, era tanto el calor que sentías que no sabías a donde mirar o hablar, era como si alguien te estuviera dando vueltas el cerebro. Kyojuro despertó apenas escuchó su nombre, te liberó de entre sus brazos y rápido escaneo tu frente, pero luego de respirar hondo se dio cuenta de lo que estaba pasando.

Tu celo había llegado, ardiente y pesado como nunca antes había pasado.

El rubio trago grueso nervioso, si seguía oliendo tu aroma pronto perdería la cordura, tus feromonas le atacaban como si fuera preciso hacer descendencia justo ahora.

- Kyojuro...ayuda- pediste jadeante, lo miraste con clara intensiones de aparearte, te lanzaste sobre el dejando caer todo tu peso para que no pudiera levantarte.

Plan que claramente fracaso por tu estatura y la fuerza sobre humana del rubio.

Este como si fueras hielo para el, te hizo a un lado con muchísima delicadeza, para luego levantarse del suelo y huir lejos de ti, nunca había lidiado con una loba en celo de esta manera, incluso durante el primero que pasaron cuando estaban en la finca mariposa fue relativamente apacible, ahora era todo lo contrario, ya siendo dos lobos que buscaban formalizar su unión, podía pasar cualquier cosa.

Sin comprenderlo, caminaste con piernas torpes en su busqueda, pero era imposible caminar, los calambres en su vientre y vulva era muy fuertes, haciendo que tuvieras que sujetarte de las paredes y muebles al rededor, trataste de llamar a tiger para que te ayudara a caminar, pero hasta el pobre felino que había dormido en el comedor huyó de ti saliendo por la ventana hacía donde tus cosechas.

Estuviste persiguiendo a Kyojuro el cual brincaba de ventana a ventana hasta que caíste al suelo sin fuerzas, te sentías rechazada, ignorada y muy sensible.

Muy, muy sensible.

Te sentaste sobre tus rodillas, pusiste tus manos entre los músculos y comenzaste a llorar tan desconsolada que parecía el llanto de algún fantasma, Kyojuro el cual ya estaba saliendo por la puerta de tu finca se detuvo en seco al escucharte así, no era su intención, simplemente no sabía que hacer, iba a ir con Uzui para pedir algún consejo y poder ayudarte, pero solo estaba siendo egoísta contigo al no a ver pensado en como te sentirías.

- "otro más de tus shows y juro que en la próxima vida se te caerá el pene"-

Maldijo su lobo, el cual al final tomó el control y corrió tan rápido hasta ti que incluso el suelo de madera se lleno de llamas, las cuales fueron apagadas por un curioso tigre que jugaba con el fuego.

- mi pequeña luna~ - tomó tu rostro entre sus manos y limpió tus lágrimas enojado con el idiota de su humano.

- ¿p-por qué me dejaste? - preguntaste destrozada, te habías sentido tan mal al estarle persiguiendo, solo querías un lindo nido, comida deliciosa, besos y muchos cariños ahora.