XXII

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¡Que disfruten, ahora si ya se nos viene el obisaku en todo su esplendor!








Suspire, mis malos hábitos seguían conmigo, no importaba cuan cansada estuviera, no podía dormir más de seis horas seguidas, tantos años acostumbrada a lo mismo no se quitaría en días.

Hoy nos vamos a Ame, Tsunade se encargo de preparar todo para que yo pudiera ir sin mayor problema, me acompañaría Ino, Shikamaru y Obito, el cual después de pasar un exhaustivo interrogatorio y otras cosas nada agradables de mencionar, quedo libre y volvía a servir a konoha.

-Buenos días frente.

-Joder - me lleve una mano al pecho, no había sentido a Ino.

-Ara, ara - la voz de Obito se escucho fuerte y clara.

-Bueno, vamos - esa fue la voz de shikamaru.

Mierda, esto de estar ciego era más difícil de lo que pensaba.

Mis manos fueron tomadas y puestas en un cuello - sujétate bien - por la voz supe que era de Obito.

Obedecí y sujete bien mis piernas y brazos a su cuerpo, inmediatamente su aroma me lleno por completo, sándalo y pasto recién cortado, y por alguna extraña razón, me colmaba de una paz que no creía que podía tener, pero no solo es su aroma, era el, su tacto, todo.

Enterré mi nariz en su cuello y me permití disfrutar del viento en mi cara.











Pasaron tres días y al fin pudimos llegar a Ame, claramente Ino estaba enojada por el clima tan lluvioso, esa horrorosa capa no la dejaba lucir su increíble cuerpo.

-Esto es tan fastidioso - murmuro Ino mientras yo abría la puerta de la torre akatsuki.

Preferí no responder, terminaríamos en una discusión sobre que la capa la protegía de la lluvia, y ella estaría en contra por esconder su precioso cuerpo.

Selle la puerta con mi chakra, ya después me encargaría de quitar los sellos y ponerles otros, no quería al traidor de Itachi en esta torre.

-Las habitaciones están esparcidas por toda la torre, pero les recomiendo que nos quedemos en las del quinto piso, esta cerca del quirófano y del comedor.

-Yo los guio - agrego Obito e Ino tomo mis manos y me llevo durante los pasillos para evitar que callera.

-Cualquier cosa que necesites, estoy en la habitación de a lado, solo grita o llama mi atención - me reí.

-Claro que si cerda - me adentre a mi habitación y empecé a tantear con mis manos toda la habitación y con cuidado me acosté en la cama.














-Buenos días - que mierda, a la gente se le esta haciendo la costumbre de asustarme.

No respondí y me senté.

-Que carácter mujer.

-Vete a la mierda Obito.

-Y yo que venia de alma caritativa para llevarte al comedor.

-Espera - me trague mi orgullo - no te vallas, no puedo ver.

-No, no, no, tu eres muy mala conmigo Sakura Haruno, yo solo venia ayudarte y mira como me tratas - bufo.

-En primera no puedo ver, segundo, aquí el malo eres tu, tratas de hacerme sentir mal cuando la invalida soy yo - me cruce de brazos.

-Ara, ara - lo próximo que sentí fueron los brazos de Obito en cintura y como después era depositada como un costal de papas en su hombro.

SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora