Lo que escribo es una antigua plegaria adormecida en el cuerpo del amor, un sueño atrapado en las manos...manos que escriben en la lengua que moldeó el poeta, y que provoca que tu recuerdo ronrone el sueño y la distancia, porque cuando eso sucede, es un placer inmenso esconderte en las páginas de mi memoria, en un tiempo sin retorno.