Soy un predicador de buena fe, que lucha por expulsar los demonios de tu amor alojados en mi corazón...me has convertido en un cautivo que vaga con la mente perturbada, con ojos azotados, sumisos y enfocados en la lejanía, impulsado solo por la esperanza.
Soy como un histrión que trata de explicar en un lenguaje estrafalario la razón de tu adiós, soy un cautivo que predica sin ideas claras, y que al verte alejar, te amenaza, te excomulga, pero que al final te da indulgencia y absolución a una hereje como tú.