Psycho-Pass | Jensoo/Chaelisa o Chaesoo/Jenlisa (Descrubrelo)

¿Quién caza a quien?

¿Por qué sigo volviendo aquí?

Abrió sus ojos hacia ese mundo ilusorio generado por una máquina.

Esto no es como lo imaginé... 

Se vio a si misma sentada en un sofá victoriano en el medio de la nada, solo una alfombra roja se extendía en todas direcciones perdiéndose en la penumbra, una única fuente de luz que se proyectaba desde arriba era lo que evitaba la completa oscuridad. Y a su lado, ella, sin máscaras ni una vestimenta extravagante, simplemente ella.

Si hubiese tenido que apostar como terminaría nuestro encuentro, seguramente habría dicho que con mi arma en medio de su frente o mis manos al rededor de su cuello. Ni en un millón de años habría adivinado que estaría frente a una asesina buscando entenderla, y sin embargo, heme aquí.

- ¿Hoy no hay máscara? - Bufó la castaña.

- Ya sabes como luzco - Sonrió levemente la anfitriona. Rosé era plenamente consiente de que la estaban buscando, y no era la primera vez que se mostraba ante la ejecutora - Además, no tengo nada que ocultarte, Lisa.

¿Qué había en esa dulce voz que tenía un efecto narcótico? O era el hecho de escuchar su propio nombre acariciando esos labios. La castaña por poco olvida la razón por la que había regresado a los dominios de su contraria. Con un regaño mental auto infringido retomó su determinación de obtener respuestas.

- ¿Nada dices? - Aprovechó el comentario para hacer su primer movimiento - Veamos si es cierto, Park Roseanne - La rubia sonrió - Quiero saberlo todo ¿Cómo llegaste a Corea? ¿Por qué y como lograste desaparecer por tanto tiempo? y lo más importante... ¿Cómo burlas el diagnostico de Sibyl?

- ¿No te andas con rodeos verdad? - Rio divertida, esa característica de su perseguidora le gustaba - Lisa, es peligroso para ti que sigamos en contacto ahora que están tan determinados a encontrarme. Te juro que quiero decírtelo todo a ti más que a nadie, pero este no es el medio ni el momento, no mientras sigas presa de la agencia.

- No esperaba excusas cobardes viniendo de ti a estas alturas, Rosé - Replicó obteniendo solo silencio en respuesta. Frustrada, la chica de flequillo se levantó de su asiento.

- Sólo quiero que estés a salvo - Agarró su mano halándola devuelta.

- No necesito que me protejas - Lisa se volvió irritada acorralando a la rubia contra su esquina del mueble - Lo que necesito es que me des una razón para no matarte cuando te encuentre - Gruñó muy cerca de sus labios.

- ¿Es lo que quieres hacer, o es lo que te ordenaron hacer? - La retó sin retroceder mirándola fijamente a los ojos por unos segundo antes de centrar la atención en esos abultados belfos semi fruncidos. Nunca antes una amenaza había sonado tan sexy.

Maldita sea Rosé, deja de jugar conmigo.

- Escucha - Hablo nuevamente la rubia - Pronto haré mi jugada, no intentes contactarme de nuevo, yo te buscaré a ti... Mantente a salvo hasta entonces, eres una pieza importante para el plan - Dicho esto cerró la distancia entre sus labios dándole un tímido y fugaz beso - Y para mi...

[...]

Todo pasó tan rápido que cuando la ejecutora logró procesar lo que había sucedido ya se encontraba de vuelta en la realidad. Sola, en la oscuridad de aquel cuarto olvidado lleno de chatarra descompuesta. Se arrancó los sensores y lanzó el visor contra la pared en un arrebato de impotencia, no le importo si alguien escuchaba como se hacia pedazos al chocar con el concreto. Tenía el corazón acelerado a más no poder y las mejillas ardiendo, una sensación completamente abrumadora, todo lo que quería era salir de allí cuanto antes.