El primer paso.

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Lento. Lento fue el camino de los largos y finos dedos de Lisa desde la mejilla de la rubia hasta la parte trasera de su nuca, abriéndose paso entre su cabello dorado. Lentas las respiraciones de ambas que se entremezclaban en cálidas exhalaciones. Y lentos los movimientos de sus labios cuando por fin se tocaron, como si tuvieran miedo la una de la otra, miedo de hacer cualquier cosa que pudiera romper esa burbuja y hacerlas despertar de un vívido sueño. 

Suave y tímido era el roce de sus belfos, tan agradable y reconfortante como el agua que calma una sed de días. Algo que habían estado necesitando mutuamente sin saberlo, o quizás, que sabían y reprimían. Esa sensación de cosquilleo que se estaba apoderando de su cuerpo, resultó algo revelador para Lisa, que nunca había sentido nada igual al besar a alguien. 

Fue Rosé la que se aventuró a no contenerse, y con su lengua acarició sutilmente el labio inferior de Lisa, quien reaccionó de inmediato a la invitación para profundizar el beso. Entreabrió un poco la boca buscando la lengua contraria con la suya propia, y al encontrarla, instintivamente atrajo a Rosé más hacia sí y con su mano libre se apoderó de su cintura. La rubia dejo ir un pequeño jadeo al sentir los dedos de Lisa clavarse ligeramente en su cadera. Por poco se les olvida que estaban en el piso del gimnasio, pero algo se los recordó violentamente.

- ¡Rosie no ibas a ayudarme co... - La frase fue interrumpida con un grito que cualquiera habría confundido con una sirena de ambulancia - ¡Rosé me juraste que no harías cochinadas en las áreas comunes! - Yoohyeon se volteó tapándose los ojos y completamente roja de vergüenza. 

- Sólo me caí sobre ella mientras entrenábamos, Namu - Se levantó la mentada entre risas.

- Oh, y supongo que en la caída accidentalmente te metió la lengua en la boca ¿No? - Lisa se llevó la mano a la frente volteando la mirada entre divertida y apenada - Con lo cerca que esta tu cuarto ¡¿Tenían que hacerlo aquí?!

- No hicimos nada Yoohyeon - Aclaró la ejecutora - Lo que dijo Rosé es la verdad.

- Bueno, la próxima vez que vayan a "no hacer nada" en alguna parte de la casa por lo menos enciérrenme con Pie y Hank en el estudio para que no pueda verlas.

- Ya, ya. Iré a ayudarte con el bloqueador, vamos - La rubia tomó del brazo a la menor para abandonar el gimnasio en dirección a su lugar de trabajo.

- Dime que no le metiste mano y ahora me estas agarrando el brazo - Preguntó la peliplateada con cierta desconfianza.

- ¡Yoohyeon! - Rosé la empujó golpeando su hombro mientras se perdían por el pasillo lejos de de Lisa.

Luego de perderlas de vista la castaña que las observaba divertida se puso de pie también para volver a su habitación. En ese momento notó como su corazón seguía acelerado por aquel beso, la manera en la que la hizo sentir la puso a pensar en como habría terminado de no haberlas interrumpido Namu. No quería admitirlo pero la respuesta a esa pregunta estaba más que clara, y darse cuenta de ello fue un golpe de realidad. 

¿La deseo? 

Se mordió el labio y trago fuerte.  


[...]

Horas de arduo trabajo tuvo ocupada a las dos hackers. La tecnología que querían implementar era sumamente compleja y hacia mucho que trabajaban en ella. Desde que Rosé se vio en la obligación de matar a Suga, habían recuperado el chip implantado en el cuerpo del ejecutor e intentaban modificar el sistema que este usaba parar lograr bloquear los escáneres de Sibyl. A nivel teórico con la reprogramación hecha debía funcionar, pero era necesario probarlo en la realidad con una persona que tuviese un Psycho-pass tan elevado como para activar los escáneres. Con Rosé eso no sería posible, y Yoohyeon no tenía un coeficiente criminal tan alto. 

Psycho-Pass | Jensoo/Chaelisa o Chaesoo/Jenlisa (Descrubrelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora