🎋 VII 🎋

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"Lo siento, Alex. No podré ir en la tarde."

Ya está, le envié el mensaje- dijo Fargan.

Esta vez, había tomado una decisión y no iba a dejarla. Lo estuvo pensando mientras estaba trabajando, mientras más lo pensaba, más nervioso se sentía, y Fargan decidió evitarse la incomodidad. 

Hay que mencionar que, Dulce fue una parte influyente en esa decisión, puesto que la chica se molestó cuando Fargan le contó los planes que tenía Alex y sobre su invitación.

¿Ya se lo enviaste? 

Sí, ya se lo envié...-suspiró.

Era lo mínimo que debías hacer. ¿Sabes qué? La salida que te iba a proponer yo, olvídalo, ya me pusiste de mal humor —

Sin darle tiempo de decir otra palabra, la chica colgó la llamada, sin darle la oportunidad de decirle algo más.

Genial. Ahora cuando terminara su jornada no podría ir ni a su propia casa ni con Dulce. 

Un problema más que tenía solucionar, soltó un quejido y se desparramó en su silla. Vaya noche le iba a esperar.

...

Solo faltaban algunos minutos para la hora acordada, y sus emociones cayeron con él al piso cuando leyó ese mensaje. Fargan le había cancelado la cita.

Tenía las entradas compradas. Había reservado un restaurante y estuvo ya apunto de pedir un taxi. ¿Todo para que se acabara de esa manera?

"De seguro está con ella."

Alex realmente detestaba aquellos pensamientos que pasaban por su cabeza cada vez que pensaba en algo para que su relación no se fuera a la ruina. Sintió como una lágrima empezaba a salir y viajaba por su mejilla, el piso se encontraba algo caliente y era incómodo, pero no se levantó. Quiso tirar su celular lejos, donde no pudiera verlo, pero logró controlarse.

"Entonces... no estás logrando nada todavía. Y lo sabes."

Él realmente, detestaba eso.

"Podrías ponerte a trabajar en vez de perder tu tiempo, eres más bobo de lo que pareces. ¿Quieres que te diga otro secreto? Él ya no te quiere."

Eso era lo último que le faltaba. 

"¿Y si esa fue la razón? ¿Quién querría a un flojo como tú?"

Últimamente, sentía que esos pensamientos invadían cada vez más su mente y le frustraba. Desde que recibió la noticia de parte de su pareja, esos pensamientos volvieron a ser recurrentes en él, teniendo en cuenta que ya lo consideraba un problema resuelto, y nunca pensó que volverían con aquella intensidad. Tanto que, llegaban a colmar su paciencia.

¡Estoy harto, para ya!- gritó el menor, mientras se levantaba de golpe, dándole un golpe a la pared.

Al hacer ese acto, logró hacer que la superficie temblara ligeramente, botando uno de los pequeños cuadros que estaban colgados. Uno de los pocos que todavía quedaban. Ese cuadro era especial para él, y ahora se encontraba roto por su culpa.

Sintió como sus ojos amenazaban con soltar unas lágrimas, pero Alex trató de ser más rápido que ellas, yendo a por algo para limpiar ese pequeño desastre.

Su día no podía ir peor.

...

El chico no podía más consigo mismo, y debía buscar una solución. Tomó su teléfono, y con algo de miedo, marcó a la única que persona que se le ocurrió que le podía ayudar en aquel momento.

El sonido del timbre era tedioso que escuchar, y cuando temía que la chica a la que marcó no le pudiera contestar, logró escuchar su voz.

¿Alex?

Ami...- la voz del menor salía como un hilo.

¿Ha pasado algo? ¿Todo bien?- contestó la chica con rapidez. 

Alejandro sabía que podía asincerarse con ella, por lo que, sin dudarlo, le comentó la situación que estaba pasando, pero sin decirle todos los detalles.

Y para su buena o mala suerte, recibió una nueva noticia luego de aquella conversación.

Alejandro, agradezco que hayas podido contarme todo esto. Y por tu bienestar, creo que sería bueno que hagamos las sesiones más seguidas. ¿Te parece bien? 

Parecía que poco a poco, en vez de seguir avanzando,  se había estancado y comenzaba a retroceder. Finjiendo un poco de optimismo, aceptó lo que le decía Amidala, su psicóloga.

Perfecto... entonces, mañana mismo las retomamos. Me gustaría seguir hablando, pero ahora mismo estoy en horario de trabajo. Cualquier cosa no dudes en hablarme, sabes que estaré aquí para apoyarte ¡Hasta luego!

Escuchó el clásico bip en su celular, indicando que la chica había acabado con la llamada.

Para él, era algo triste tener que volver a ello. Pero en un pasado, Amidala fue un gran apoyo suyo, la chica siempre fue amable en sus peores momentos, lograron formar una amistad más allá de lo profesional. 

Alex trató de hacer uno de los ejercicios de respiración que le había enseñado la chica en alguna ocasión para calmarse en momentos como aquel. Con un poco del optimismo fingido que le quedaba, una idea se le vino a la mente. Si Amidala pudo ayudarle una vez, ¿Qué impediría que pudiera ayudarle en esta? Por un segundo, vio aquel destello de esperanza que tanto necesitaba, aquel que le ayudaría a dar un paso más hacia adelante y que su vida volviera a la normalidad.





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buenas nochess:) esta vez si fui más responsable y primero entregué mi tarea antes de actualizar, creo que fue mejor así jsjs, ahora si me iré a dormir porque ya son más de las 2am aquí y tengo mucho sueño:(

espero que no se me haya pasado ningún error o algo, si pasa ya lo corregiré más tarde

tengan buen día, tarde, noche o madrugada^^

hipofrenia; fargexbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora