Pasaron un par de días y gracias a Armando Betty no se había ido con el francés dejando la empresa tirada así que sabía que podía estar tranquilo por un mes más, no sabía si seguiría trabajando en la empresa pero eso no importaba ahora, estaban en el apartamento del castaño así que lo que importaba era celebrar con Mario, su "cuasi-novio" y que eran los últimos días de su celo y su lobo estaba más que ansioso por estar con el castaño.
-venagase pa'aca.
Mario tomó a Armando cargándolo haciendo que sus piernas y brazos se enrollaran en su cuerpo como un koala.
-Yo puedo caminar ¿sabes?
-Si, pero hoy te voy a mimar y vamos a dormir juntitos.
Ya en la cama ambos se abrazaban y el menor empezó a soltar sus fermonas.
-Te quiero Mario.
El mayor inhaló con fuerza y una sonrisa pegando más al omega quien tenía una mirada lujuriosa y aunque le agradaba Mario en ese momento solo tenía la intención de ser más dulce.
-Yo también te quiero, no sabes hace cuanto tiempo quise decírtelo, la verdad siempre pensé que nunca estaría contigo eso me puso triste por mucho tiempo, pero siempre que me apoyaste en todas mis locuras y yo también he sido incondicional contigo, por eso estoy muy agradecido y feliz que de cierta manera me hayas aceptado como algo más que un amigo.
Estos días Mario había sido muy especial con él, llevándolo a comer sus platillos preferidos, mimándolo, comprándole detalles, no se sobrepasaba cosa que enserio lo había hecho bajar sus defensas, sintiendo que ese alfa iba enserio, así que se empezó a dejarse querer y corresponderle los afectos de vez en cuando.
- NO ME MIRES IMBÉCIL.
Mario se separó algo asustado viendo cómo el azabache ocultaba su rostro en una almohada desesperado.
-n-no llores ¿por qué lloras??
Armando estaba llorando desconsoladamente gracias a que estaba extremadamente sensible a causa del celo y eso no le gustaba así que mientras manoteaba trataba de calmarse.
-E-es que-e ¡dijiste algo muy lindo! Tonto alfa.
El lobo de Armando despertó y aprovechando la situación rápidamente se quitó la almohada dándole en la cara al mayor, Mario tomó a Armando de la cadera para ponerlo encima suyo y también limpiarle las lágrimas.
-Bueno, tigresito, tenemos que dormir porque ya me dí cuenta que estás sensible.
Armando solo asintió quitándose la camisa mientras se acomodaba bien en el miembro del mayor empezando a restregarse con una sonrisa, él no tenía ni una pizca de sueño.
-A-alfa, tienes condones ¿no? ¿lo podemos hacer?
Eso lo había tomado por sorpresa, pero ¿quién se podía negar a esa carita?
-Pues déjame que yo te toque otra vez, ¿si?
-Ajá.
Mario tomó los pezones de Armando apretándolos y moviéndolos en círculos, mientras que Armando notaba que el alfa empezaba a ponerse duro por sus movimientos.
Cuando rápidamente puso a el pelinegro debajo suyo y rasgó sus pantalones de un tirón, el lobo de Mario estaba perdiendo el control.
Acto seguido tomó el miembro de su Omega con fuerza haciendo que este gimiera, para luego llevárselo a la boca succionando y lamiendo desesperado por encima de la ropa.-Ah~ a-alfa~
Armando se sentía algo intimidado por esa nueva actitud pero no quería quejarse, se sentía muy bien la verdad.
Mario retiró el bóxer por completo dejando al descubierto esa mojada entrada metiendo su dedo y moviéndolo en círculos con rapidez mientras seguía realizando la felación, Armando soltaba suaves gemidos y arrugaba las sábanas con sus manos, le encantaba esa sensación.
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¡¿Un Omega?!
FanfictionArmando mintió y cuando se sepa la realidad, su vida va a cambiar drásticamente. --------------- -Omegaverse. -ArMario