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Dulce y hermosa margarita, que con tu belleza los cautivas, ¿No es esto demasiado peligroso para ti? Tantos corazones enamorados de tu presencia. ¿Estas asustada y confundida? Decide rápido linda flor de prim...
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_____ su cuerpo se movió para así poder auxiliar a la chica quien trataba de llenar sus pulmones de aire tosiendo un poco de agua de vez en cuando. Por otra parte la pelinegra bufo y salió de ahí lo más rápido que pudo para no ser vista por más tiempo.
─ Oye, ¿Me escuchas? Dime, ¿Cuántos dedos ves aquí? . ─ dijo poniendo cinco de sus dedos en frente de la chica.
─ A-ah... ¿Siete? ─ murmuró la pelinaranja con un hilo de voz y mirada perdida mientras ponía su mano en su pecho regulando su respiración.
─ Bueno... Algo es algo, por lo menos hablaste asi que esta bien. Ven, déjame ayudarte a ir a la enfermería para que te revisen. ─
Le sonrió de manera cálida tomando el brazo de la chica con delicadeza mientras la ayudaba a pasarse, la otra asintió vagamente y se dejó hacer por la castaña, había algo que le hacía querer confiar en ella luego de casi morir, era reconfortante luego de esa adrenalina de hace unos minutos. Con cuidado y una que otra indicación de la ojivioleta llegaron a la enfermería donde un sonriente y torpe enfermero las recibió.
─ ¿Qué sucedió, _____-San? ─ preguntó este ayudando a la de coletas a recostarse en la camilla luego de checar su pulso. ─
─ Es complicado Mujo-Sensei* alguien quiso herir a mi amiga pero por suerte llegué antes de que pasara a mayores. ─
─ Pero no te hiciste daño, ¿Cierto? Ese tipo de personas son peligrosas y no me gustaría que te pongas en situaciones tan arriesgadas. ─
_____ asintió con una pequeña sonrisa, el adulto era demasiado tierno al tener su ceño fruncido y cada que se preocupaba por ella se sentía querida, miro a la chica en la camilla quien ya se encontrada medio dormida y suspiro.
─ Cuidaré de ella mientras descansa, Mujo-Sensei ya estaba recogiendo sus cosas para irse asi que yo puedo cerrar la enfermería. ─ la chica sonrió sentando se en la otra camilla.
Mujo por su parte quiso objetar, era su trabajo hacerse cargo de la seguridad de los alumnos y no le parecía correcto dejarle sus deberes a su querida _____, sin embargo tenía asuntos personales que atender con urgencia y termino aceptando a duras penas luego de las insistencias de la joven. La castaña siguió sentada unos minutos más observando hacia un punto muerto en la aula, demasiado ocupada en su mente con pensamientos del porqué tratarían de ahogar a alguien, había visto muchas películas sobre crímenes y homicidios con su padre como para saber que esto era algo realmente complejo, atentar contra la vida de otra persona no es un juego.
