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Dulce y hermosa margarita, que con tu belleza los cautivas, ¿No es esto demasiado peligroso para ti? Tantos corazones enamorados de tu presencia. ¿Estas asustada y confundida? Decide rápido linda flor de prim...
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─ ¡Yan-Chan! Eres una irresponsable, ¿Cómo se te ocurre darte de putazos con los vándalos? ¡Acaso quieres morir! ─ su enojo era evidente, colocando un poco de alcohol en un pedazo de algodón para limpiar y desinfectar las heridas en el rostro de su amiga. ─ Mira nada más cómo te dejaron esa carita tan bonita que tienes Yan-Chan, hablaré de esto con Osōro-Kun.
─ ¡No! No tienes por qué involucrarte ni preocuparte, esto me lo busqué yo sola así que-.. ¡Mierda, no tan fuerte _____! ─ se quejó alejándose un poco.
─ ¿Eres tonta o tu mamá te tiró de chiquita? ¡Claro que me voy a preocupar por ti! Eres mi amiga; Ayano Aishi, desde que comenzamos a hablarnos prácticamente le vendiste tu alma al diablo y ni se te ocurra siquiera decir en que no tengo que preocuparme, por que lo haré el doble.
Aishi miro a la castaña y en sus ojos se reflejaba cierto brillo de satisfacción y cariño, sus mejillas tomaron un tenue color rosa y sus labios se separaron levemente tratando de agarrar un poco de aire, nunca se sintió así, era demasiado cálido ese sentimiento, su vacío ser por un instante se sintió completo y lleno cuando cruzó miradas con la castaña, sonriendo inconscientemente. ¿Taro Yamada? ¿Quién? Él ya no le importaba, su enfoque ahora era la hermosa criatura de grandes ojos violetas y fuerte carácter frente a ella, su corazón dio otro vuelco emocionado.
─ _____-San, ¿T-te gustaría salir después de clase conmigo? ─ preguntó, con los nervios a tope, sus manos temblando y con un ligero temor de que esta la rechazara.
─ Ahora mismo lo que necesitas es descansar, ví cómo Hayanari te golpeaba el estómago, es mejor que descanses y dejemos la salida para después. Aunque puedo ir a tu casa y cuidarte, ya sabes, ¡Como tu enfermera personal! .
Oh, definitivamente no imaginó a su dulce chica utilizando un traje de enfermera, ni nada de eso, Ayano no tiene ahora sus mejillas más rojas que una fresa ni su dolor de estómago por el repentino acto de escupir su trago de agua, claramente no lo era. _____ rió un poco confundida, acostando la en la cama para que descansará.
─ Por favor, descansa un poco, yo le pasaré tu ausencia a tu profesora, que tengas dulces sueños Yan-Chan~ . ─ se despidió saliendo de la enfermería y cerrando la puerta detrás de sí, solo para que al girarse se encontrara con tres pares de ojos curiosos. ─ Hazu-Kun, Shin-Kun, Horuda-San, ¿Qué están haciendo aquí? ¿Alguno de ustedes se siente mal? .
