Snuggle moments [Sylki]

Where Northern Lights are dancing

Stay with me into the night
You can go back when the sun rise again
Just stay tonight, just stay...

╾┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈╼

Caía la noche sobre la ciudad.

«Cae la noche», repitió para sus adentros Loki, una expresión de lo más curiosa, ¿porqué la gente pensaba que la noche caía y la mañana se levantaba? Visto desde otro ángulo, ambas cosas se elevaban en el horizonte.

No era tan interesante, en su opinión.

Se alejó un poco más de las luces eléctricas, para mejorar su visión del cielo nocturno. La aurora boreal empezaba a teñir la bóveda celeste con sus luminosos colores, aunque su intensidad se veía afectada por las luces artificiales de la ciudad a lo lejos.

Loki aún podía recordar cómo lucía el mundo antes de que la electricidad se esparciera como hiedra. No obstante, no podía decidir si le gustaba más antes o ahora.

Dicen que los vampiros enferman de nostalgia cuanto más tiempo viven. Las sociedades cambian, quizá demasiado rápido para el ritmo de seres que han dejado de pensar en el tiempo, por eso no pueden evitar extrañar el pasado. Eso es lo que muchos decían.

Sin embargo, el pelinegro no estaba de acuerdo. Él creía que ninguno de sus pares, los vampiros, extrañaban el pasado por sí mismo, más bien a las personas. A aquellas que se quedaban atrás, limitadas por el tiempo de vida de los humanos comunes.

También había personas a las que Loki extrañaba, como sus padres o su mejor amiga. Todos ellos murieron un par de años antes de que Loki renaciera como vampiro.

No extrañaba nada de esos años, sólo a su familia. Nunca se trataba de la época, sino de los recuerdos.

Miró el reloj en su muñeca. Marcaba las ocho con cuarenta y cinco. Ella llegaría pronto, a menos que otra vez -y, oh, cómo temía haberse equivocado- haya visto mal la señal.

Respiró profundo para tranquilizarse. Todo iba a salir bien.

El reloj añadió un minuto más y se produjo una alteración en el aire, como si se concentrara y una luz dorada, similar a una puerta apareció a varios metros de él. Loki redujo esa distancia en menos de dos segundos.

Su olfato antinatural detectó el perfume de su novia un par de segundos antes de que apareciera por completo y cayera sobre él.

- ¡Loki! -Su tono transmitió años de emoción contenida y le plantó un beso en los labios.

-Mi dulce Sylvie... -Al separarse, Loki examinó su rostro descubriendo mínimas variaciones en ella. Olfateando todos los aromas que habían llegado con ella y disfrutando la suavidad de su piel cálida en marcado contraste con la de él.

Su Sylvie estaba tan llena de vida y hermosa como la recordaba.

-Te ves igual que siempre, cariño -Bromeó ella antes de acurrucarse contra su cuello.

Se quedaron así, abrazados, hasta que Sylvie empezó a sentir que sus músculos se entumecían por el frío y lo incómodo de la posición. Por supuesto, un vampiro podría haberse quedado así por días sin ningún problema, pero para ella no era posible. Loki la regresó al suelo con delicadeza cuando lo recordó.