Snuggle moments [Sylki]

"Our"

Is this the place we used to love?
Is this the place that I've been dreaming of?

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Sylvie siente la necesidad de confirmarlo cada par de minutos. Cada vez que guarda una de sus pertenencias en cajas o Loki se lleva los muebles pequeños hacia la camioneta que Thor le prestó.

Claro, no lo hace. No quiere empezar a agobiar a su novio con la misma pregunta.

Hoy van a mudarse juntos y Sylvie aún no puede creerlo. Jamás había llegado a este punto en una relación.

Cuando las cosas empezaban a ser extrañas o incómodas, prefería retirarse. Sin más explicaciones o disculpas, sencillamente anunciaba su partida y se iba. E incluso cuando las cosas parecían ir bien, pensaba que era mejor irse antes de que las cosas tomaran un matiz serio.

Con Loki, esto nunca sucede. A veces puede ser irritante, peleonero, demasiado protector o infantil, pero Sylvie no siente la necesidad de dejarlo.

A veces, eso sí puede reconocerlo, quiere huir porque sabe que haría casi todo lo que él pidiera y eso le asusta. Por otro lado, los años a su lado le han hecho comprender que Loki nunca pediría algo que pudiera dañarla. O no de forma intencional.

Sylvie tardó un poco en darse cuenta que se sentía realmente cómoda a su lado, que mucha de su ropa y objetos personales habían empezado a encontrar residencia permanente en la casa de Loki y que empezaba a pensar en la casa de su novio, en lugar de la suya, cuando estaba demasiado cansada del trabajo y sólo quería ir a dormir a su lado.

La verdad, no había profundizado mucho en esos pensamientos hasta una tarde en el comedor de la casa de los padres de Loki. Frigga les había pedido ayuda para rotular sobres con invitaciones para su fiesta de aniversario.

Cuarenta años de matrimonio.

Más de lo que habían vivido incluso con sus padres, más de la mitad de sus vidas. Sylvie se preguntó cómo era posible que algunas parejas llegaran a ese punto y otras no.

Así que, sentada en el suelo, utilizando una pluma estilográfica cargada de tinta negra indeleble, escribiendo un nombre tras otro de la lista que Frigga le dió, se tomó un pequeño descanso, haciendo girar su muñeca para deshacer el hormigueo de cansancio en su brazo, cuando algo llamó su atención.

Un detalle minúsculo y curioso: la palabra indeleble en el tintero.

La leyó una y otra vez.

En su mente, la asoció a lo permanente.

«Algo parecido a eterno», pensó.

Miró a Frigga que insistía en arreglarle el cabello a Loki y de pronto se preguntó si ella lo habría sabido, si miró a su esposo en el altar y se imaginó que estarían unidos de forma permanente.

En ocasiones, Sylvie miraba a Loki y trataba de imaginarse su rostro con algunos años más. Pero no conseguía hacer imágenes en su mente de, por ejemplo, una boda. O teniendo hijos. O -aventurándose más- envejeciendo juntos.

¿No debería pensar en su relación de forma permanente?

Aunque fuese algo que le gustaría, sabía que necesitaba protegerse a sí misma porque pensaba que en cualquier momento este sueño podría terminar. Aunque no tuviera de momento ninguna razón para creer eso.