30 .- La fiesta de Heather

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Henry Warren :

(El dichoso "vestido" que Valeria se compró y no le gustó cómo se le veía)

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(El dichoso "vestido" que Valeria se compró y no le gustó cómo se le veía)

Las fiestas de Heather eran las más esperadas por todos, siempre llegaba a lados extremos para satisfacer a sus invitados.

Se esforzaba tanto en caerle bien a todo el mundo, toda su vida fue hecha pública, es la más popular de la escuela, pero no sabe resolver un simple problema matemático.

—Creo que me quedaba mejor en la tienda—Schmidt salió puesta con el vestido que recién compró—Solo mírame, tengo el cuerpo cuadrado.

Las chicas suelen tener muchas inseguridades por comprarse con las demás, creen que la belleza es en un solo tipo, pero la belleza al igual que el amor se presenta en muchas formas.

—Tienes razón, mejor ponte otro—ella me miró confundida—Porque vas a opacar a todos en la fiesta, te llevarás todas las miradas.

Sin pensarlo la hize sonreír, se convenció a si misma que el problema no era precisamente el vestido.

—Henry porfavor no tomes como la otra vez—me pidió—Siempre lo haces, y no quiero volver sola a casa como siempre.

Ella me había visto en mis peores momentos, estaba cuando el idiota de mi padre me humilla a frente a todos.

—No lo haré—ella suspiró con tranquilidad.

Tuve que salir de su habitación para que terminara de arreglarse, así que me sentí con la obligación de pasar al salón de su casa.

—¿Henry?—la madre de Valeria me llamó, estaba en el sofá de la sala—¿Qué haces aquí?.

Resumimos, la madre de mi mejor amiga, la enfermera Verónica, con dos hijos viviendo como madre soltera en Sunyvale, actualmente divorciada y sin ningún interés amoroso.

—Val y yo saldremos a una fiesta—comencé con esa plática incómoda.

Verónica se encontraba revisando una revista de moda, nada que culparla, poseían muy grandes cantidades de dinero, ser enfermera en Sunyvale tenía sus ventajas.

—Regresen antes de las 12—se levantó del sofá sin su revista—No me gusta que mi hija caminé por las calles al altas horas de la noche.

Sus palabras solo me hacían sentir tan mal conmigo mismo, su hija regresaba a muy altas horas de la noche caminando por mis borracheras.

—¿Cómo está tu padre?—preguntó sirviéndose una copa de vino—Quiero decir, tus padres, ¿Cómo están ellos?.

Mis padres y Verónica no tenían mucha relación, trataban de evitarse lo más posible, pero dos de sus hijos eran mejores amigos, de alguna manera iban a tener que interactuar.

—Estan bien y llenos de trabajo—sonreí pero ella era demasiado seria y fría en esa situación.

Le dió un sorbo lento a su copa, me miraba detalle a detalle, temía que me golpeara con esa copa en la cabeza.

—Escuché que planean un evento con los Goode—ese rumor era cada vez más grande—¿Una reelección?.

Mi familia solía tener lazos íntimos de amistad con los "Goode", la familia más poderosa de Sunyvale, cada pueblo tiene su propia realeza, en este pueblo ellos eran la realeza.

—Papá no me habla sobre sus asociados o negocios—le respondí—Pero es algo que beneficiará al pueblo, antes de lod futuros herederos asistan al campamento de verano "Nigthwing".

—Es lamentable que no te incluya en sus negocios—acabó con su copa de vino y se sirvió otra—Pronto tú serás el responsable de todo el imperio de tu familia.

La botella de vino cada vez estaba más abajo, en poco tiempo, parecía estar sedienta de licor.

—No creo que papá confíe en mí para manejar todo—le confesé—Dice que soy muy joven para estar a cargo de algo tan grande.

No tengo hermanos, por lo tanto no tenía otra opción, si papá no está de acuerdo, su legado acabaría con su muerte.

—¿Dejará que Val asista al campamento Nigthwing?—le pregunté sabiendo la respuesta.

Su mirada se hizo mucho más fría de lo que ya estaba, te daba miedo de solo imaginar sus pensamientos.

—Mis hijos no pueden poner un pie en el pueblo contrario—azotó la copa en el piso—Sobre mi cadáver.

Los vidrios de la copa rebotaron en el suelo, llegaron a chocar con mis canillas y ella no hacía nada.

—Muchas veces una madre tiene que hacer cosas para proteger a sus hijos—me miró fijamente—Cosas que nadie más puede hacer.

De tanto ruido Valeria salió muy asustada de su habitación, ya estaba totalmente arreglada y lista para salir.

—¿Mamá estas bien?—se acercó preocupada a su madre—¿No tomaste bien la copa?.

—Te quiero aquí antes de las 12—le dijo Verónica, tomó la botella de vino y se metió a su habitación.

Valeria y yo nos vimos confundidos, por dentro sentía que ella ya no tenía ganas de salir, pero solo sonrió y nos encaminamos a la casa de Heather.

—¡Chicos, me alegra que estén aquí!—una rubia muy pecosa se acercó a nosotros—¡Dios, Valeria te vez muy bien!.

Schmidt se sonrojo, desde que llegamos como esperaba se ha robado las miradas de todos en el lugar.

—No puedo decir lo mismo sobre ti Henry—Heather tan sincera como siempre—¡Bueno ya conocen mi casa, disfruten y porfavor no rompan nada!.

La fiesta contaba con todos los de la escuela, desde el más popular hasta el que comía en la clase y creía que nadie lo veía.

Bailaba de la mano con mi mejor amiga, siempre he sentido cosas por ella, no se lo he dicho, tengo miedo de perderla.

—¡Joder!—exclamó mi pelinegra amiga por el refresco derramado en su vestido nuevo—¡No puedo ser!.

—Tranquila es solo refresco se quita con agua y jabón—estaba enfadada consigo misma.

—Iré al baño, ahora vuelvo—se retiró de la pista de baile para dirigirse a los servicios higiénicos.

Estuve esperando por más de 10 minutos parado como un idiota, mientras bebía y bebía licor, no había rastro de Valeria en ningún lado.

—¿¡Heather has visto a Val!?—la chica bailando me contestó que no—¿Dónde esta?.

La busqué en todos lados, en las habitaciones, en los baños, hasta en el sótano de la casa, pero seguía sin aparecer.

Decidí tomar un poco de aire fuera de la casa para pensar mejor en donde podía estar metida.

—¡Soy un imbécil!—me golpee le cabeza con las manos—¡Soy un idiota!.

Muy bajito escuché sollozos en el jardín de Heather, como si un gatito tuviera la patita atascada en una cerca.

Pero fue todo lo contrario, mi mejor amiga estaba sentada con las piernas agarradas, sin parar de llorar.

—¿Otra vez?—me miró triste aún llorando.

Valeria tenía ataques de ansiedad con mucha frecuencia, cada vez más seguidos.

—Mamá no quiere creerme—se atrevió a hablar—Dice que estoy loca.

Val tenía recuerdos de su niñez, pero eran muy confusos, siempre veía dentro de su cabeza a un hombre suplicándole a una mujer de rodillas, luego se veía a si misma llorando junto a su hermano.

—No estás loca—le afirme—Tu madre es la única loca de la historia.

Mi mayor premio de la noche lo gane en el jardín de una fiesta, la logré hacer sonreír.

Lessa_✨

GUILTY #1 - Ziggy Berman, Nick Goode Y Tú - Fear StreetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora