The Future

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Rin.

El despacho estaba completamente a oscuras, la música estaba alta, y había un olor a cigarrillos y ron horriblemente fuerte.

No había salido en tres días, la última vez que me encargue de algo que tuviera que ver con las pandillas fue en la reunión de ToMan. No me había puesto al frente de RedS desde el entierro.

— ¿Rin?— Escuche a alguien llamando al otro lado de la puerta.

— ¿Quien es?— Pregunte sirviendome otro trago.

— Soy Ran, abre la puerta.— Obviamente no hice lo que pidió.— Abre la puerta o la voy a destrozar.

— Inténtalo.— Respondi, sabiendo que no podría abrirla.

No escuche más que golpes y patadas, el cerrojo era muy fuerte como para que se abriera así como así. De un momento a otro deje de escuchar los golpes, asumiendo que se había detenido.

Estaba por encender un cigarro cuando de la nada escuche el motor de la motocicleta, al principio me extraño pero no le hice mucho caso. Sin esperar lo que planeaba, la motocicleta atravesó la puerta llevándose todo lo que había por delante, incluso el escritorio del cual tuve que quitarme para que no me aplastara.

— ¿¡Estas demente!?— Pregunte viendo todo el desastre que había causado.

— Si, y preocupado también.— Apago la moto y se bajó para observar el lugar.— Huele horrible, ¿Desde cuándo estás aquí?

— Un día, dos, quizás tres.

— Tu y Rindou son iguales.— Nego con la cabeza recogiendo su cabello.— No pueden echarse a morir por alguien que ya está muerto.

Aquello me había fastidiado, y no me moleste en ocultarlo.

— ¿Con que derecho hablas tu? Que no tengas corazón no es nuestra culpa, no pueden venir a imponernos que dejemos nuestros sentimientos de lado, somos humanos por si se te olvida Ran.

— Y también eres líder futura de una mafia, líder de una pandilla y conocida por todo el país, ¿Crees que te respetaran si saben que andas lloriqueando como estúpida?

— Callate.

— ¡Lo ves! Allí vas otra vez, a llorar por tu patética y estúpida amiguita que se dejo matar como una maldita perra.

— ¡Que te calles Ran!— Me lance hacia el tomándolo del cuello, no le hice mucho daño ya que me tomó con facilidad las manos, a pesar de que yo fuera alta el me llevaba bastante diferencia.

— Aprende a controlarte primero.— Su agarre en mis brazos se hizo más fuerte y me lanzó hacia el estante haciendo que los libros me cayeran encima.— Vendré mañana, y espero que te hayas dado un baño y comido algo, tendrás reunión con RedS.

— No voy a...— Me callo lanzando una patada a mi estómago, haciéndome vomitar.

— Vas a tener reunión con Red Serpents y darás la maldita cara.— Me agarro por el cabello para que levantará la cara y le escuchara.— Demostrando que esto es solo un juego de niños para ti y que ni siquiera te importa. ¿Te quedó claro?

Una Promesa [Tokyo Revengers X Oc] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora