POV BÁRBARA.
Cuando deje a Franco me pareció ver en la esquina a Fernanda, y pude ver cómo se saludaban y caminaban juntos, sin pensarlo los seguí y ellos fueron a la clínica en dónde estaba internada Liliana.
"¿Qué demonios tenía Franco con la mojigata de Fernanda?"
"Y peor aún ¿Porqué estaban yendo a visitar a esa enferma mental?".
No quería sacar conclusiones adelantadas cómo siempre, porque ya antes lo había echo y por mis celos y arrebatos casi pierdo a Franco.
Iba a esperar a que él l mismo me contara, pero pensándolo bien me había mentido, según iba por asuntos de trabajo y se termino viendo con la lagartona de mi hijastra.
Llegue a la hacienda y ya iba preparada para recibir los reclamos de Gonzalo, sabia la larga letanía que me esperaba.
"Ojalá llegué y me den la noticia de que ya te moriste anciano" .
Justo cómo lo pensé, subí a mi habitación y ya estaba Gonzalo sentado en la cama con cara de pocos amigos.
-¿Qué tal disfrutaste la noche con tu amante?-. Me preguntó.
Decidí ignorar sus comentarios y meterme al baño pero el me detuvo y con sus dos manos me aventó a la cama.
-Contesta Bárbara ¿Tienes un amante? ¿Vienes de estar con él?-
-¿Sabes qué? ¡SI! Si tengo un amante y si vengo de estar con él-. Le grité.
Gonzalo no dijo nada, sólo se abalanzó encima de mí y me apretó del cuello. -Eres una descarada Bárbara-. Me dijo entre dientes.
A mí comenzaba a faltarme el aire.
-¡Suéltala Papá!-. Aníbal corrió y me quito a Gonzalo de encima.
-Déjame Aníbal, esta zorra se merece que la mete con mis propias manos-.
-¿De qué hablas papá? ¿Porqué estás hablando así?-
-Me acaba de confesar que viene de estar con su amante-
-¿Eso es cierto Bárbara?-. Me preguntó Aníbal.
Yo me quede callada, una parte de mí quería gritarle en la cara a Gonzalo que sí, que si tenía un amante, quería que supiera el asco que me producían sus caricias, sus besos, pero otra parte sabía que eso echaría a perder todos mis planes.
-No Aníbal-. Baje la mirada, de todas maneras él ya sabía de mi relación con Franco, daba igual lo que le dijera. -Lo dije en un arranque de enojo, de desespero, tu papá de un tiempo para acá no hace más que celarme..-
-¿Y no tengo motivos?-. Me pregunto Gonzalo.
-No-. Conteste llorando. -A pesar de todo, yo te amo Gonzalo, sería incapaz de fijarme en otro hombre-.
-Al parecer tienen mucho que hablar-. Dijo Aníbal. -Los dejó para que arreglen sus problemas.
Salió de la habitación y Gonzalo se acercó a mí.
-¿De verdad me amas Bárbara?-
"No, ¿Cómo podría amar a un vejete como tú?".
-Por supuesto que sí vida, pero tus celos me asfixian-
-Perdóname mi alma, pero me da terror perderte-. Dijo abrazándome.
-Nunca me vas a perder Gonzalo-
-¿Te hice daño en el cuello?-. Pregunto besándomelo.
"Me estás haciendo daño ahora anciano cerdo, me estás provocando ganas de ir a vomitar".
-No vida...-. Dije tratando de alejarme.
Gonzalo me beso, empezó a buscar el cierre de mi vestido, sabía lo que quería y yo ya no quería tener más problemas con él, no ahora que estaba tan cerca de mi objetivo.
Cerré los ojos y espere lentamente a que me terminara de quitar la ropa.
"Eres tan torpe".
Me llevo a la cama y mientras me besaba, yo me repetía que todo eso iba a valer la pena, que pronto todo acabaría.
El terminó pronto y gracias al cielo que así fue.
-Te extrañaba tanto mi alma-.
-Yo también a ti-. Dije pensando en Franco.
Me metí a bañar y al salir ya Gonzalo dormía plácidamente.
Baje al despacho y recibí una llamada de Franco.
-Tenemos que hablar Bárbara-
-¿Ya me vas a decir para que fuiste con Fernanda a la clínica de Liliana?-
-¿Cómo supiste? Y precisamente para eso te habló, tenemos que vernos.-
-Dímelo ahora, no puedo ir a verte, Gonzalo cada vez sospecha más que tengo un amante y aparte estoy enojada contigo-
-No puede ser por teléfono-
-Si me vas a decir que la idiota de Fernanda ya te convenció para que la ayudes a sacar a su hermanita del loquero prefiero que sea por teléfono-
-Liliana es mi hermana-.