90

440 69 75
                                    

NARRADORA.

Franco iba entrando a la casa de los Elizalde pues Fernanda lo había invitado a cenar, quería que él y Lili convivieran más, lo que Franco no sabía era que Liliana estaría ahí pues según Fernanda quería darle una sorpresa.

En cuanto entró se topo con la escena de Liliana apuntando con un cuchillo a Bárbara mientras que los demás presentes observaban todo y trataban de calmar a Lili con palabras.

Inmediatamente Franco corrió hacía ellas y sin pensarlo se puso en medio de las dos tratando de arrebatarle el cuchillo a Liliana.

Afortunadamente el cuchillo sólo alcanzó a rozar un poco el brazo de Franco, comenzó a sangrar un poco y las empleadas corrieron a auxiliarlo.

-¡Franco! ¿Estás bien?-. Bárbara se acercó a él evidentemente preocupada y olvidándose por completo del lugar en el que estaban.

-Sí...sí señora Bárbara ¿Usted cómo está?-

-¡Mi alma!-. Dijo Gonzalo mientras abrazaba a Bárbara y Damián sostenía a Lili.

Fernanda llamó a Obregón para que fuera por Liliana y aunque quiso acercarse a Franco no lo hizo pues allí estaba su esposo.

Después de que el ambiente se tranquilizó un poco y que Bárbara se aseguro que la herida de Franco no había sido grave se levanto del sillón en el que estaba y se dirigió a las escaleras.

-Lamento mucho lo que tuvo que presenciar señor Santoro y gracias por lo que hizo-. Miro a Franco y le extendió la mano. -Y espero-. Dijo volteando a ver a Fernanda. -que después de esto hayan entendido que con la salud de Lili no se juega-.

Bárbara subió a su habitación y cerró la puerta con seguro.

Cuando Lili pudo relajarse, Gonzalo quiso abrazarla pero ella se apartó inmediatamente y corrió a los brazos de Franco.

-Tú también eres malo-. Le dijo a Gonzalo. -Tú y esa señora-. Señalo la foto de Monserrat. -Son igual de malos que la hiena.

-¡Ey nena! ¿Porqué dices eso?-. Le pregunto Fernanda mientras que le acariciaba el cabello.

Obregón llego junto con 2 enfermeros y casi a rastras se llevaron a Liliana.

-Que pena con usted Sr Santoro-. Dijo Gonzalo con pesar. -Me dijo Fernanda que venía a cenar, y se tuvo que topar con todo esto-.

Mientras ellos hablaban tocaron el timbre y de la nada entro Luis.

-¡Luis! ¡Buenas noches!-. Lo saludo Gonzalo. -Mira, te presento al Sr Franco Santoro, Franco, él es Luis, trabajaba como nuestro chofer hace años hasta que decidió irse, pero ha regresado y lo volvimos a contratar-

Luis y Franco se dieron la mano cómo forma de saludo.

-Mucho gusto-. Le dijo Luis a Franco.

-Igualmente-. Le respondió serio.

Franco no quería irse sin antes ver a Bárbara, pues sabía que lo de Liliana no la había dejado nada bien.

-Señor Gonzalo..¿No cree que deberíamos de hablarle a su esposa? Para asegurarnos que este bien-

-¿Le paso algo a Bárbara?-. Pregunto Luis.

-Una situación con mi hija Liliana-. Respondió Gonzalo. -Después te contaré-

-¿Puedo ayudar en algo?-

-No Luis, gracias, yo mismo iré a ver a mi esposa-.

Franco se despidió de ellos y se fue al jardín, quiso marcarle a Bárbara cuando sintió las manos de ella en su cintura.

-Bárbara-. La abrazo fuertemente y la llevo hasta su camioneta.

-Gracias por salvarme la vida-

-Lo haría siempre y lo sabes.. ¿Cómo estás?-

-Bien....¿Y tú?-

-También...¿Cómo hiciste para salirte sin que nadie te viera?-

-Tengo mis métodos-. Le dijo sonriendo. -Pero ya debo irme, es muy arriesgado estar acá contigo-

-¿Te veo mañana?-

-Sí mi amor-. Le dijo ella y cuando estaba a punto de irse se percataron de que Luis venía saliendo de la hacienda.

Rápidamente Bárbara se agachó y cuando Luis abordó su taxi volvió a levantarse.

-¿Qué hace Luis aquí?-

-Trabajará de nuevo cómo tu chofer, Gonzalo lo volvió a contratar-

-¿Qué? ¿Y porqué no me dijo nada?.. Franco yo no tenía idea, te lo juro-

-Te creo bonita-. Le respondió Franco sonriéndole.

-Nos vemos mañana, y gracias otra vez por todo, te prometo que tú y Aurora son lo más importante para mí-

-Te amo-. Dijo Franco mientras la miraba.

-Yo te amo más mi cielo-. Contesto ella antes de bajarse de la camioneta.

-¿Qué hacías bajándote de la camioneta de Franco, Bárbara?-. Le cuestionó Fernanda en cuanto la vio entrar.

-Fer...yo, me lo topé en el jardín y..cómo su herida se le estaba abriendo me ofrecí a ayudarlo, digo..después de lo que él hizo por mí-

-¿Y porqué en su camioneta?-. Se escuchó decir a Gonzalo mientras salía de la cocina

-¿Es enserio que me van a cuestionar por eso? Les recuerdo que Liliana atento contra mi vida, a pesar de lo que yo les sugerí no me hicieron caso, la trajeron para acá y ya vieron las consecuencias-.

-Lo que no entiendo es porque el señor Franco se arriesgó así por ti si no es nada tuyo-. Le reclamó Gonzalo

-Eso mismo deberías cuestionarte TÚ que siendo mi esposo no hiciste absolutamente nada-. Bárbara comenzó a llorar. -Estoy harta de tus celos estúpidos-.

-¿De mis celos o de mí específicamente?-. Le preguntó Gonzalo mientras la sacudía del brazo.

-¡Suéltame Gonzalo!-. Bárbara le dió una bofetada y se salió prácticamente corriendo.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora