CAPÍTULO 32

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-Despierta, despierta, despierta -sentí como me sacudían y lo primero que vi cuando abrí los ojos era la cara de desesperación de Lucia. -Levántate, dormilón.

-¿Qué pasó? -hablé con esa voz ronca de recién levantado y los ojos entrecerrados.

-Nos quedamos dormidos -dijo buscando ropa en el closet- Ya es muy tarde, tenemos que ir a la universidad.

Se metió al baño.

Tomé mi celular, 5:50am -¡Joder Lucia! -alce un poco la voz para que me escuchara hasta el baño. -¿Por qué me levantaste tan temprano?

-Es tarde Alejandro -contestó igual gritando.

-¿Tarde? Es madrugada para mí -me dejé caer en la cama, puse una almohada en mi cara y volví a quedarme dormido.

De nuevo sentí como me sacudían.

-Son las 6:20 dormilón. Levántate, no quiero llegar tarde.

-Tiempo suficiente -me levanté, busqué mi ropa, unos jeans negros y una camisa gris con unos tenis blancos.

Me di una ducha. Estaba listo en 30 minutos.

Lucia terminaba de arreglarse, la esperaba sentado en el sofá.  Mientras mensajeaba en el grupo de WhatsApp.

JUNTOS PERO NO REVUELTOS 🥴

ALEX
¿Qué les parece reunión hoy
en mi departamento?
Necesito hablar con todos.

DANIEL
¿Qué nos vas a decir? 
¿Lucia y tú se casan?

ELLIOT
¡OMG! Quiero se el padrino

ALEX
Son unos tontos

JUAN
Espero sea algo importante
para mensajear a esta hora
Alejandro.

ALEX
Les gustará. Lo prometo.

Escuché la puerta de mi habitación abrirse, anunciando que Lucia estaba lista. Me levanté, tomé mi mochila y la esperé junto a la puerta.

-WOW -cuando la vi quedé literalmente con la boca abierta. Mí mirada recorrió su cuerpo.

Lucía hermosa, cabello suelto con sus ya cotidianas trenzas, blusa color rojo vino estilo tie-dye, un pantalón negro ajustado, ¡Uf!, un par de botas negras y ligero maquillaje en su rostro.

-Cierra la boca, se te cae la baba -dijo divertida abriendo la puerta, salió y la seguí. -Tenemos que pasar a mi casa por mi mochila.

No podía dejar de mirarla. Relami mis labios al notar como aquel pantalón marcaba la parte de su trasero.

-¿Alex me escuchaste? -volteó y me atrapó mirándola, aparté mi mirada e hice como si mirará el piso. Escuche su risa.

-¿Eh? No, perdona, ¿Que dijiste? -pregunté mirándole a los ojos, sentía todo mi rostro arder, estaba tan apenado.

Ella me miraba con una enorme sonrisa.

-Que tenemos que pasar por mi mochila a mi casa -repitió.

-Esta bien, vamos -la tomé de la mano y salimos del edificio.

(...)

Estaba recostado en el casillero de al lado del de Lucia,  mientras ella guardaba un par de cosas y sacaba otras.

-¿Crees que nos está mirando ahora? -susurre observando a mi alrededor.

-Creo que sí -me pasó un libro y lo tomé.

Simplemente se tú mismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora