CAPÍTULO 38

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Íbamos camino al restaurante en el auto del señor Sandoval, quien conducía, su esposa era copiloto y Samuel, Lucía y yo atrás. Estaba sentado en medio de los dos hermanos.

-¿Por qué nadie me quiere decir lo que dijo Samuel? -Lucia cuestiono de mala gana.

-Que te lo diga tu hermano -contestó su padre.

-Dime qué dijiste -rogó con una voz de niña pequeña.

El chico la ignoró y se mantuvo mirando por la ventana.

-Aaash -cruzó sus brazos enojada.

Estuvimos en silencio unos minutos hasta que Samuel se comenzó a reír.

-¿Qué te parece tan gracioso, bebé de mamá? -era el apodo que Lucia le decía cuando se enojaba con él.

-Tu. ¿Realmente quieres saber qué dije? -le retó.

-Dímelo -ordenó.

-Okey. Solo dije la verdad, cuando apareces te robas la atención de Alex y te odio por eso.

No pude contener mi risa y empecé a reír sin parar, todo lo hacían, menos Lu.

-Lo hubieras visto, llegó súper enojado -contó su madre. -Gritando que te odiaba por robarle a Alex.

-Para que lo sepas enano, es mi novio. Tiene que prestar más atención a mi ¿cierto amor?

Me quedé en silencio mirándola. No conteste por hacerla enojar.

-¡Alejandro! -se quejó golpeando mi brazo.

-Estoy bromeando amor -me defendí dándole un beso en la mejilla. -Pero de vez en cuando podrías compartir.

-Si Lucia, no seas egoista -bromeó Samuel y todos comenzamos a reír de nuevo a excepción de Lucia.

(...)

Llevábamos alrededor de cuarenta minutos en aquel lugar, era un restaurante muy bonito, grande y elegante. El primer piso parecía más un salón de bodas más que un restaurante, el segundo piso era una terraza, suavemente iluminada y  desde allí la vista era preciosa. 

Estábamos los cinco sentados en una mesa para seis personas, como era costumbre el señor Sebastián estaba sentado en la punta de la mesa, como padre de familia. La señora Marlene a su derecha junto a Samuel y Lucia a su izquierda junto a mi.

-¿Cómo van los preparativos de su viaje para navidad? - preguntó el señor Sandoval.

-En marcha. Mañana nos reuniremos con los chicos y definiremos quienes irán y cuánto tiempo estaremos por ahí -contestó Lucia.

-¿No serían dos semanas? -cuestionó el hombre y Lucía me miró.

-Nosotros hemos decidido estar navidad en Mexico y año nuevo aquí -contesté -Yo quería estar las dos semanas en México pero Lu me ha convencido. Y no tengo problema en que sea así.

-¡Oh, vaya! Bueno con lo que les tengo que anunciar posiblemente cambien de idea -bebió un poco del vaso de whisky.

Lucia y yo nos miramos confundidos. Comencé a sentirme un poco nervioso de nuevo.

-Cariño -habló la señora Marlene mirando a Lu. -Lo que tu padre tiene que decirles ya lo hemos hablado y tiene todo mi apoyo -tomó la mano del hombre sobre la mesa. -Espero hagan lo mismo.

Las miradas de todos se enfocaron en el hombre.

-Chicos -su mirada viajaba de Lucia a Samuel. -Sé que esto no les va a gustar pero espero su apoyo. -suspiró. -Escuchen, tengo una propuesta de inversión muy importante y necesito salir de viaje unos meses.

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