Capítulo VI DESPEDIDA

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Despierto temprano, tomó una ducha, cepillo mis dientes, peino mi pelo y me pongo la ropa, que es un pantalón corto blanco y una blusa corta, con unas sandalias.

Tocan la puerta, abro y es Matt.

—Buenos Días.

—Buenos Días Señor Matt.

— ¿Puedo pasar o solo pueden entrar ciertas personas?

—Pase señor, no sé a qué se refiere con ciertas personas.

—Lo digo por el señor Gian Marco, vi que entró anoche acá.

—Gian y yo nos conocimos, es buena persona, solo vino a conversar.

—No me interesan sus actividades personales, solo he venido a decir que a las 6pm tenemos la reunión para ver qué han decidido, pasaré a buscarla.

—Está bien, estaré lista.

Veo cómo me mira como con odio y rabia, no sé si son cosas mías o él está celoso, aunque un hombre como él no lo creo.

—Bye Ágata

Cuando Matt sale voy a desayunar y me encuentro con Gian, él al parecer está dándole órdenes a unas personas, aún él no me ha visto. La mesera se acerca, que por cierto tiene una falda muy provocativa para mi gusto, pido la comida y ella me mira de arriba a abajo y me dice: —Señorita no creo que pueda comer en este restaurante, es exclusivo para las personas hospedadas en la Suite y no creo que usted esté en ellas. — y está que se cree, pienso.

—Para su información estoy en la Suite empresarial y por supuesto que puedo comer acá.

—No creo que entienda, puede retirarse.

—No me iré, tengo derecho de estar acá.

—Bruja engreída, sal o te saco.

Cuando iba a responder una voz familiar pregunta: — ¿Qué pasa aquí?

—Señor Gian, está mujercita, dice que está en la Suite empresarial y le digo que no puede estar aquí, usted sabe qué reglas son reglas.

—Martha estás despedida, ella es mi amiga Ágata y aparte de ser eso, está aquí con el señor Matt Czuchry, en la Suite empresarial, ¿cómo puedes hablarle así a un cliente?

—Disculpe señor, no volverá a pasar.

—No va a pasar porque no la quiero acá, recoja sus cosas y pase por recursos humanos, ya los llamaré para que le den sus prestaciones y seré bueno, le daré todo su dinero.

—Gian no tenías que hacerlo, no me gusta que despidan personas  por mí culpa.

—Nadie se merece un trato así y Buenos Días señorita.

—Buenos Días Gian, ¿Quieres desayunar?

—Me gusta cómo suena mi nombre en tu boca.

Inmediatamente me sonrojo, ambos desayunamos y vamos a dar una vuelta por la playa.

Estamos hablando, cuando veo cómo Gian se me queda mirando mis labios, me pongo tensa y sé que quiere, pero aún no lo conozco bien para darme un beso con él, veo cómo se acerca y me besa, es un beso tierno, delicado. Rompo el beso y bajó la mirada

— ¿No te gusto?

—Sí, solo es que no te conozco y no creo que sea correcto.

—Desde que te vi me gustaste Ágata y no sé qué me pasa, anoche fue maravilloso y hoy mucho más, quisiera conocerte mejor y si quieres, ser amigos, nadie sabe. El tiempo lo decidirá

Entre Amor & OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora